Fue un robo dominical, doméstico, casi en familia. Lo curioso fue que los ladrones –que no parecen tener antecedentes similares– utilizaron la modalidad del boquete, aunque el objetivo no fue la bóveda de seguridad de un banco. El botín estaba oculto en una caja metálica donde habían guardado sus ahorros, a lo largo de diez años, los propietarios de una verdulería del barrio porteño de Balvanera. Los ladrones se llevaron más de cien mil pesos en efectivo. “Somos una familia peruana. Mis padres vinieron hace diez años al país y desde entonces estaban ahorrando, peso sobre peso, para comprar una casa”, relató a la prensa un joven que dijo ser hijo de los dueños de una verdulería de México al 2500. El boquete, se sospecha, fue hecho por un matrimonio, de la misma nacionalidad, que alquilaba una habitación del edificio de Alberti 610. Una de las paredes de la pieza daba a los fondos del comercio asaltado. “Nosotros conocíamos a esas personas porque ellos le alquilaron la habitación a mis padres. Se ve que se enteraron de la plata y durante varios días hicieron el boquete”, estimó el mismo joven, que eludió dar el nombre. Los inquilinos, que vivían allí con dos hijos menores de edad, se esfumaron.

“Teníamos una especie de amistad. Ellos también eran peruanos y durante un año y medio prácticamente convivíamos. Mi hermana menor hablaba con ellos, iba a comer a su casa, es posible que a través de algún comentario de ella se hayan dado cuenta de la existencia de un dinero en el local”, comentó el integrante de la familia que resultó víctima del robo. Nadie de la familia confirmó el monto robado, pero fuentes policiales aseguraron que había “más de cien mil pesos”. El domingo, entre las 17 y las 19, como lo hacían habitualmente los fines de semana, todos los miembros de la familia se fueron a un parque cercano, donde los hombres solían jugar al fútbol. En ese lapso, los vecinos terminaron de hacer un boquete en la pared que habían iniciado días antes.

“El domingo terminaron la obra, rompieron el último tramo de la gruesa pared medianera, forzaron el candado que cerraba la caja donde estaba el dinero, lo sacaron, salieron por el mismo boquete por el que habían entrado y desaparecieron de la habitación en la que vivían”, comentó a este diario una fuente de la Policía Federal. “Estuvimos dos horas afuera y cuando volvimos nos encontramos con la pared rota y faltaba el dinero”, dijo el hijo de los dueños del local de verdulería. Todo hace suponer que el matrimonio que cometió el robo trabajó durante varias semanas en la apertura del boquete, sin que nadie advirtiera sus planes.

“Lo que se presume es que fueron abriendo el boquete durante la madrugada, cuando en el local no había nadie. La dueña de la verdulería admitió que algunas noches había escuchado ruidos que parecían venir de la pared del fondo, la que fue abierta por los boqueteros, pero nunca se dio cuenta de lo que estaba pasando”, explicó la fuente policial. Los investigadores creen que el matrimonio sospechoso de haber cometido el robo “tiene que haber obtenido, por algún medio, información precisa sobre la existencia del dinero y después armaron un plan que les dio buenos resultados ya que se fueron con el botín”.

Al presentar la denuncia, en la comisaría sexta, la dueña de la verdulería aseguró que “el dinero que estaba oculto en una caja metálica formaba parte de sus ahorros de diez años y que la intención que tenían, con su marido, era comprar una casa en Buenos Aires”, informó una de las fuentes policiales. Los dueños del comercio tenían “cierta confianza con los inquilinos, porque eran todos de la misma nacionalidad y porque se conocían desde hacía un año y medio”. La policía tiene los nombres de los supuestos autores y algunos datos sobre posibles familiares y amigos de la pareja, que se fue sin avisar de la pieza que alquilaba.

“Estas personas estuvieron viviendo en Chile y luego en la provincia de Córdoba. Hay algunos datos como para iniciar la búsqueda, pero hasta el momento no fue posible su detención”, admitieron las fuentes policiales.