Un hombre y su esposa, ambos encargados de dos edificios en el barrio de Caballito, fueron asesinados a golpes en su vivienda, ubicada en uno de los dos inmuebles. Los cuerpos de Olga Romero, de 68 años, y Luis Sibecci, de 59, fueron hallados en su departamento de la planta baja, en avenida San Martín 1274. Los investigadores trabajan con una hipótesis diferente al robo (aunque no descartaban esta posibilidad), ya que hasta el momento no encontraron evidencias de que faltaran elementos de valor.

Según el administrador del inmueble, Alberto Sanz, la mujer era la encargada del edificio desde hacía quince años, mientras que su esposo trabajaba como portero en un inmueble contiguo, en San Martín 1286, donde reside una hermana de Romero. El hallazgo se produjo ayer al mediodía, cuando Sibecci no fue a trabajar y la hermana de la víctima, extrañada, intentó comunicarse telefónicamente con el matrimonio. Al no recibir respuesta, fue hasta la casa. Y como nadie respondía al timbre, decidió avisar a un patrullero que recorría la zona. Los policías llamaron a un cerrajero y al entrar al departamento descubrieron los cuerpos.

El cadáver de Sibecci se encontraba en el living, y el de Romero, en la cocina, ambos con fuertes golpes en la cabeza. Según el comisario Daniel Villar, de la comisaría 13ª, podrían haber sido golpeados con “un cuchillo, un caño, un martillo o algo muy pesado”.

El edificio no cuenta con portero eléctrico, y para abrir hay que contar con la llave o esperar que acuda alguno de los propietarios hasta la puerta. Por ese motivo no se descarta que el asesino fuera un conocido de las víctimas. Los médicos determinaron que las muertes ocurrieron entre la medianoche del domingo y las 11 de la mañana de ayer, hora en que llegó la hermana de Romero.

“El departamento presentaba un gran desorden, el televisor estaba encendido y el perro no ladró, tal vez en razón de que es un animal muy manso”, dijo el comisario Villar. “En principio no faltan elementos de valor, estaba el televisor y una videocasetera”, agregó Villar y de inmediato aclaró: “Claro que no sabemos si la pareja tenía alguna suma de dinero y fue robada”.

El monoambiente está dividido en living y dormitorio por una especie de biombo, es muy humilde y de los pocos objetos de valor que poseían, aparentemente, no falta ninguno, comentó la fuerte. Los investigadores también hicieron notar que ni la puerta de acceso al edificio –que permanece cerrada y se abre con portero eléctrico– ni la del departamento habían sido violentadas y que quien cometió el doble crimen se tomó el trabajo de cerrar con llave antes de escapar.