El Sordo Darío Vera y su pareja, una joven de 17 años, se entregaron ayer en la comisaría segunda de Los Polvorines, Malvinas Argentinas, con relación al cuádruple crimen de la familia Mansilla. La joven fue liberada poco después, por orden del fiscal Marcelo Pernici, por no encontrar argumentos en su contra. El Sordo Vera fue indagado y quedó detenido. Con él son cuatro los presos acusados en el sonado caso de Campana. Los investigadores sospechan que Vera tuvo participación en las muertes y el ocultamiento de los cuerpos, por lo que desde hacía varios días mantenían una vigilancia encubierta en su casa de la calle Beazley al 3800 en Los Polvorines.

El jueves pasado habían sido arrestados los hermanastros Angel Fernández Rosales, de 41 años, y Jesús Cáceres, de 47; un día después se entregó el hijo del primero, Cristian Fernández, de 22, quien se declaró inocente, pero dio datos que permitieron el hallazgo de los cuerpos de los dos chiquitos. Según fuentes judiciales, los cuatro detenidos están sospechados de tener una participación activa en la masacre de Marcelo Mansilla, de 41 años, Sandra Rabago, de 39, y sus hijos Agustín, de 11, y Milagros, de 8.

Marcela Fernández Rosales, hermana del principal imputado, acusó a su cuñada, Estela Maris Cáceres, de ser “la instigadora porque le tenía celos a Sandra”. Por otro lado, Miriam Rabago, hermana de Sandra, negó que su hermana hubiera sido la amante de Fernández Rosales. Afirmó que se acababa de enterar de que la esposa de Angel Fernández “hizo abandono del hogar con sus hijos” y que sería buscada por la policía como presunta partícipe o instigadora del cuádruple crimen.