El sumo es un deporte que se practica en Japón desde hace más de 1500 años. Allí existe el sumo profesional, lleno de ceremonias y tradiciones, y el amateur. Este último es el más difundido fuera de Japón, en más de 130 países. En la Argentina comenzó a practicarse en los ’80. Se hacían torneos en el Jardín Japonés, donde había un dohyo, cuenta el profesor Sebastián Videla. De esos encuentros participaron Hoshi (estrella) Andes y Hoshi Tango, dos luchadores argentinos que ingresaron al sumo profesional japonés, se mudaron allí y se retiraron en el 2004. En un reportaje que dio cuando estuvo por la Argentina en 2003, Hoshi Tango, en realidad Marcelo Imash, contó que su rutina diaria consistía en vivir en una escuela (michinoku) con otros 17 luchadores: “Nos despertamos a las 5 y media de la mañana, limpiamos el dohyo, la casa, y de 6 y media a 11 nos entrenamos. Media hora para el furo (baño caliente) y a las 12 nos sirven el almuerzo: un suculento chanko-nabe, una comida típica de los sumotoris, con carnes, pescados y verduras. Y, después, siesta de dos horas”.

Aunque ya retirado, Hoshi Andes (José Juárez) no se mantiene lejos del sumo. Probablemente, venga a la Argentina para el próximo 16º Torneo Sudamericano de Sumo, que se realizará en agosto de este año en la ciudad de Buenos Aires.