Incorporar computadoras portátiles de bajo costo y funciones limitadas a las necesidades educativas es una tendencia que viene afianzándose en el mundo desde hace, al menos tres años. Esteban Galuzzi, gerente general de la firma Intel para el Cono Sur, explica que “al principio este tipo de programas comenzó con experiencias piloto pequeñas de uno, dos colegios, y ahora ya están empezando a aparecer los proyectos masivos, que tratan de llegar a todo el sistema educativo. En Chile, el año pasado la presidenta anunció que se incorporarán al menos 100 mil máquinas. Hay también proyectos grandes, como en Portugal, donde todos los alumnos de los distintos niveles educativos reciben una computadora. En Libia y en Nigeria están haciendo lo mismo, y en Rusia más de 250 mil chicos ya aprenden así. Hay también muchos países que están haciendo pruebas piloto pero ya con grandes números, como en México, que involucra 100 mil computadoras”.

Para este tipo de programas, la tendencia mundial también indica que las demandas varían. “Se suele tratar de máquinas especialmente diseñadas para el ámbito educativo, por lo que no solamente hay que tener en cuenta el dispositivo en sí mismo, sino también la infraestructura con la que va a interactuar: la provisión de Internet, la red eléctrica, el dispositivo de seguridad... Además, estas máquinas tal vez no tengan impacto sólo en el aula, sino también en los hogares y las comunidades. En algunos casos, seguramente darán la primera oportunidad de entrar en el mundo digital a muchas familias.”