Sábado, 9 de mayo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › EL CONSULADO EN BUENOS AIRES LES PRESTó DINERO
“Cuando pasan los días y la situación sigue sin definición, ahí uno empieza a pensar, a preocuparse.” Adriana Arrazola dejó su hogar en México DF con la mente puesta en Argentina, el destino de sus vacaciones, “cuando apenas comenzaba a estallar el problema. No comprendía mucho”, aseguró. Tampoco lo hizo el martes pasado cuando, al cabo de sus días de placer, y pronta a subirse al avión que la llevaría de regreso a su país, supo de la suspensión aplicada por el gobierno argentino al tráfico aéreo entre ambos países. Hoy, es una de los 33 ciudadanos mexicanos que regresarán a su país, vía San Pablo, en el último contingente que contó con la asistencia del consulado de México en Argentina. Según los cálculos de ese organismo, son más de 80 las personas que vieron su regreso atrasado, desde que rige la medida como una forma de prevención frente a la epidemia de la gripe A H1N1, aunque “seguro hubo muchos más que se las arreglaron por su cuenta. No podemos saber a ciencia cierta cuántos son”, explicó el cónsul Juan Miguel Ponce.
El consulado mexicano abrió el canal de ayuda a sus compatriotas perjudicados por la medida que, en su mayoría, se encontraban en Argentina en plan turístico, no bien supieron de su aplicación. “Les hemos pagado a más de 80 personas el boleto de regreso a México. Pero seguro hubo muchos más que se las arreglaron por su cuenta, que tenían boletos endosables o volaron por otras rutas”, apuntó Ponce.
Cuando supo que no podría volar hacia su país, Arrazola se comunicó con el consulado, donde le aconsejaron que lo mejor que podía hacer era mantenerse informada a través de la línea aérea que había contratado. También le ofrecieron solventar sus gastos de estadía obligada en caso de que lo necesitara, “gastos que luego debería devolver (al gobierno mexicano) una vez de regreso”, aclaró. No tomó la ayuda por contar con los recursos para hacerlo por sus propios medios, aunque sostuvo que “hay gente cuya situación era mucho más grave”.
Al respecto, el cónsul remarcó que “cada caso es muy personal, por eso se analiza en detalle. Si lo requieren, el gobierno mexicano se hace responsable del costeo de alojamiento y comida, pero si se trata, por ejemplo, de una familia que pasó sus vacaciones aquí a todo lujo, es claro que no necesita porque tiene los recursos. La realidad es que intentamos solucionar todos los problemas”.
San Carlos de Bariloche, en Río Negro, y Cariló, uno de los lugares más exclusivos de la costa atlántica, fueron dos de los destinos que Jorge Cervantes y su esposa, un matrimonio de mexicanos mayores, recorrieron durante su estancia en Argentina. No fue por inconvenientes económicos que el consulado tuvo que asistirlos, sino de salud. “Sufro problemas cardíacos y se me acabaron los medicamentos que traje desde México. Tuvimos que comunicarnos con mi médico allí, para que nos dicte los componentes de la medicina que tomo y así intentar localizarlos en las farmacias de Buenos Aires”, graficó el hombre. No logró conseguir todos los remedios y está ansioso por pisar su tierra.
Jorge coincidió con Adriana en que la decisión de no permitir los vuelos entre su país y el que eligieron para vacacionar “es demasiado dura”. Adriana remarcó que no la comprende y que le “demostró que no existe la misma actitud” desde la Argentina hacia los mexicanos que en su país hacia los argentinos. “Esta medida no tiene sentido: si nosotros estamos limpios”, enfatizó Jorge.
Informe: Ailín Bullentini.
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