La final de la 54ª edición del concurso Eurovisión comenzó ayer en Moscú, por primera vez en la historia y ante la presencia de más de 16.000 espectadores. El acontecimiento, que llega por la TV a unos 100 millones de espectadores en todo el mundo, fue abierto con un número del Circo del Sol, seguido por una canción del ruso Dima Bilan, ganador del Eurovisión 2008. Horas antes de empezar la final, la policía local reprimió y detuvo a unos 40 activistas que realizaron una manifestación a favor de los derechos de los homosexuales. La policía antidisturbios fue movilizada cuando apenas eran 15 los manifestantes, que gritaban: “¡La homofobia es la vergüenza de Rusia!” o “¡Los mismos derechos para todo el mundo!”. Otras 25 personas fueron detenidas en otros lugares y luego liberadas, según la policía, que también impidió que los manifestantes pudieran acercarse a los medios de prensa que estaban presentes en el lugar. La homofobia está muy extendida en Rusia, donde la homosexualidad fue considerada un delito hasta 1993 y se la calificó como “enfermedad mental” hasta 1999.