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Hubo un tiempo en que TW, en Argentina, era un espacio pequeñito con menos de 500 usuarios. Entonces sólo existía “TwittBaires”, unos encuentros en lugares coquetos y con horario de after office. El primero fue en 2007, el último en primavera de 2010. La fecha del próximo todavía está por verse, cuenta Mauro Accurso, uno de sus organizadores.

–¿Se trataba de encontrarse?

–Claro. Eramos pocos, nos conocíamos entre todos. En la primera TwittBaires éramos 60, en la última fuimos como 250. Antes había diálogo más fluido. Hoy no podés tenerlo, porque tirás un tuit y no sabés quién te lee. Tirás un mensaje al mundo, lo puede escuchar cualquiera. En su momento hablábamos entre nosotros.

–¿En qué se notó ese cambio?

–El crecimiento fue paulatino, pero con los sucesos mundiales se sumó mucha gente. Además, en 2010, en marzo, todos los programas de televisión arrancaron con Facebook y Twitter a pleno. Antes participaba gente muy relacionada con Internet por sus trabajos, era una comunidad propia. Hoy, todo el mundo está en TW.