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“¿Por qué embarró la cancha?”, se preguntó Carlos Carrascosa, desde la cárcel, luego de enterarse de la declaración de la masajista Beatriz Michelini, quien aseguró que su voz no es la que se escucha en el audio (como también lo determinaron los peritos de Gendarmería) y aseguró que se sintió “engañada” por los familiares de María Marta. “Es totalmente falso”, intentó corregir Carrascosa en relación al audio.

Según los peritos, en el llamado de las 19.07, Carrascosa habla solicitando una ambulancia y detrás se escuchan las voces de un hombre y una mujer. La voz se corresponde con la de Bártoli, según los peritos. Pero no se pudo determinar la de la mujer. La familia sostiene que se trata de Michelini. Los fiscales sostienen que no y apuntan contra Irene Hurtig, aunque sin pruebas concretas. Según quedó probado en el juicio a Carrascosa, el video de la guardia muestra el auto de Michelini llegando a la puerta de El Carmel antes de las 19, pero la masajista sigue retenida por la guardia porque nadie contestaba el teléfono y no la podían dejar pasar. Michelini recién ingresa a la casa a las 19.15, cuando la llamada de Carrascosa ya había finalizado.

“Ella entró a la guardia antes de las 19, que está registrada la llamada, no estuvo esperando adentro. Normalmente la costumbre del country es que cuando llegás antes, esperás afuera”, explicó Carrascosa. El viudo dijo que “seguramente va a haber algún vigilador que diga que la vio adentro, pero no estuvo adentro”.

Según Carrascosa, y a contramano de la personalidad que ayer mostró Michelini, la masajista le dijo: “‘Llame a OSDE’, con una voz imperativa, porque me vio a mí que estaba parado ahí sin saber qué hacer”. “Llamé inmediatamente a OSDE y la voz que se escucha atrás del pedido mío a OSDE es Guillermo Bártoli que está gritando ‘Vamos negra, vamos negra’ y la voz de Michelini como sollozando”, sostuvo el viudo. “Me extraña mucho que una persona que realmente tiene una acusación (por la) que seguramente el tribunal la va a absolver, ¿por qué necesita embarrar la cancha?”, se preguntó el viudo.