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El fuerte granizo registrado ayer en sectores de la ciudad de Buenos Aires provocó daños en los vehículos que circulaban o estaban estacionados en la vía pública. Como ocurre en estos casos, la solución está en manos de los chapistas, que manejan la técnica de “sacabollos”, mediante la cual se pueden reparar golpes que no hayan dañado la pintura, ocasionados por las piedras. El costo del trabajo, según la magnitud, puede llegar a los 5000 pesos.

La reparación artesanal de bollos es un proceso que se realiza con herramientas especialmente diseñadas para no lastimar la pintura del auto. A través de esta técnica, el vehículo conserva la pintura original y así se puede evitar que el mismo tenga que ser repintado.

Carlos Fanti, especialista en sacabollos con más de 25 años de experiencia en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, explicó a Página/12 que “el costo de reparación del automóvil se mide de manera integral y puede llegar a costar –de acuerdo a los golpes recibidos– entre unos 1000 y 5000 pesos”.

Fanti señaló que “el bollo a tratar se va desabollando de manera que va desapareciendo a través de la presión que se ejerce sobre el mismo con ayuda de la temperatura, asegurando que no se lastime en ningún momento la pintura”. “El auto abollado puede estar reparado en 15 minutos o en dos días, de acuerdo con los daños sufridos”, agregó.