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El programa de orquestas juveniles nació hace 27 años en Venezuela, como una forma de combatir la violencia imperante entre los niños de ese país y se desarrolló hasta contar hoy con más de 110 mil chicos insertos en el proyecto.
Tras este éxito inicial, el programa de orquestas se fue extendiendo a otros países y llegó a la Argentina hace cinco años, cuando la Secretaría de Educación porteña lo retomó para ser aplicado en las Zonas de Atención Prioritaria, con el objetivo de combatir la deserción escolar. Así, en 1998, se comenzó a aplicar la idea en el barrio de Lugano. La sorpresa ocurrió cuando al momento de la convocatoria se presentaron más de 500 chicos, desbordando la expectativa de los organizadores. “Ahora tenemos tocando casi 200 músicos en dos orquestas diferentes y el interés es tan importante que los más grandes se juntan los sábados por la noche a escuchar música clásica en sus casas”, explicó Espector.
Las excelentes repercusiones del programa les abrieron las puertas a los chicos para recorrer gran parte del país y tocar en los más selectos escenarios de la Capital Federal, como el Teatro Colón y el Coliseo. Incluso, dos de los jóvenes concertistas fueron invitados a integrar la Orquesta Juvenil Iberoamericana que se conformó con motivo de la cumbre de presidentes realizada en Panamá, y muchos otros fueron aceptados en los conservatorios nacionales para perfeccionar su técnica.
Ahora el programa se extendió a Retiro y ya se comenzó a pensar en conseguir un lugar propio para desarrollar sus actividades. “Por ahora tenemos el problema del espacio, ya que sólo podemos trabajar en las escuelas por la tarde. Por ello nos vendría muy bien un lugar para funcionar”, concluyó Espector.