Entre los riesgos que se multiplican por tener armas de fuego en la casa se incluye el de suicidio: “Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio, por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas, han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio”, señala un documento del Programa de Prevención del Suicidio (Supre) de la OMS.

Débora Kestel –asesora en Salud Mental de la OPS– explicó que “el suicidio puede sobrevenir como impulso en un momento de gran disconfort, ‘¡No puedo más, me voy a matar...!’: la persona agarra lo que tiene a mano y, si eso es suficientemente letal, morirá; si no, tendrá la oportunidad de arrepentirse y en la mayoría de los casos la aprovechará. Uno de los programas más eficaces para prevenir el suicidio resultó ser el control de pesticidas: que no estén al alcance de la mano, sino en lugares bajo llave o incluso, en comunidades agrícolas, no en las casas, sino en un recinto cerrado, comunitario”.