Las erupciones y cenizas del Calbuco podrían extenderse por semanas. Los especialistas advirtieron sobre la posible formación de un nuevo cráter, que podría generar actividad volcánica más agresiva. El gobierno chileno instó a los pobladores a respetar la zona de exclusión, que se mantiene en un radio de 20 kilómetros en torno del cráter. Se detectaron crecientes en ríos, cuyas aguas circulan turbias y calientes. El jefe de Defensa Nacional autorizó a los evacuados a regresar por el día a la zona de Ensenada, y alertó sobre enfermedades respiratorias.

En la mañana, el volcán volvió a tener actividad, aunque mucho más mesurada. La kilométrica columna de ceniza del Calbuco que se generó con la primera erupción del miércoles y otra posterior en la madrugada del jueves podría cambiar su comportamiento y hasta la situación de la X Región chilena en los próximos días. De hecho, su cono irregular es una señal de las violentas erupciones anteriores que deformaron su cima.

Mientras los especialistas analizaron el comportamiento del volcán, los organismos de emergencia y la presidenta Michelle Bachelet, junto a cinco ministros, recorrieron la zona donde miles de habitantes fueron evacuados.

Muchos de esos pobladores pidieron regresar a la zona, preocupados por el estado de los animales que crían y aseguran sus ingresos económicos. El jefe de la Defensa Nacional de Llanquihue, Jorge Gebauer, informó que por eso mismo fueron autorizados para ingresar a la zona delimitada por Río Pescado y Ensenada, pero sólo entre las 11 y las 16, y “siempre y cuando las condiciones lo permitan”. La medida benefició, principalmente, a los habitantes de Ensenada, una de las localidades más afectadas por la caída de las cenizas. El permiso es con el propósito de que las personas puedan revisar el estado de sus casas y sus animales, para luego regresar a zonas seguras.

El ministro de Agricultura, Carlos Furche, fue uno de los funcionarios que acompañó a la presidenta Bachelet en el recorrido por las zonas afectadas. “En el radio de los 20 kilómetros hay ganado que no tiene forraje, por eso comenzaremos a moverlos a lugares seguros, donde se les pueda entregar forraje. Hay otro anillo más amplio, que aún estamos evaluando para determinar si los niveles de ceniza son tóxicos. Si son cantidades pequeñas, seguramente serán absorbidas rápidamente tras una lluvia y no son peligrosos”, apuntó el funcionario. “Preliminarmente, necesitamos movilizar en torno de 600 bovinos, ya están identificados los lugares donde se pueden llevar, garantizado el transporte y el forraje”, agregó.

Las cenizas llegaron a Concepción y Curicó. La Dirección Meteorológica chilena informó que la nube se estaba “disipando en la atmósfera, va perdiendo espesor y se encuentra entre los 7 y 12 kilómetros de altura”. Por su parte, el alcalde de Panguipulli, René Aravena, relató que “cuando íbamos llegando a la localidad de Neltume, tipo 10 de la mañana, estaba todo oscuro porque las cenizas no dejaban ver el camino”. La situación se repitió en Pucón.

Como consecuencia de la concentración de partículas en suspensión, los especialistas advirtieron que las personas que viven cerca del volcán pueden sufrir irritación en ojos, nariz y boca, además de enfermedades respiratorias. “Los más afectados son los niños, los adultos mayores, las personas que tienen asma, alguna enfermedad bronquial y los cardiópatas”, afirmó Manuel Oyarzún, especialista en enfermedades respiratorias y miembro de la Academia Chilena de Medicina. “Este tipo de smog contiene una mezcla de gases y aerosoles de alto nivel de acidez, principalmente ácido sulfúrico, que en contacto con el agua generan lo que se denomina lluvia ácida. Estos pueden ser inhalados y penetrar a las vías y espacios aéreos más profundos de los pulmones”, explicó. Al respecto, el Ministerio de Salud chileno recomendó a la población permanecer en las viviendas y minimizar las salidas todo lo posible. Al salir al exterior, usar protectores respiratorios tales como mascarillas o un paño de algodón húmedo para cubrir nariz y boca, además de proteger piel y cuero cabelludo, y bañarse diariamente para eliminar los detritos volcánicos que se depositen en el cuerpo.