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Puesto que la cifra de 18 muertos es por demás elocuente, las agencias de montañismo decidieron suspender sus expediciones de primavera al Everest. Este será el segundo año sin ascensos a la cima más alta del mundo, después de que una avalancha mató en 2014 a 16 sherpas, lo que creó fuertes tensiones por las malas condiciones laborales de los guías.

Las empresas argumentaron esta decisión en el temor a nuevas réplicas del devastador terremoto ocurrido el 25 de abril y en la destrucción que éste dejó en la ruta hacia la cumbre. “No podemos continuar las expediciones”, dijo el sherpa Dawa Steven, de la agencia Asian Trekkers. “Y de todas formas, no hay nada acondicionado para los alpinistas, no hay cuerdas ni escaleras”, añadió.

La semana pasada, el departamento de turismo nepalés aconsejó a los montañistas abandonar sus expediciones. Unos 800 alpinistas se hallaban en el Everest cuando se produjo la mortal avalancha en el campo base.

En otro orden, muchos nepaleses están molestos por los reportajes que hicieron sobre la tragedia medios televisivos de la vecina India, creando la impresión de que el gobierno indio salvó a las víctimas, según denunció el portal noticioso Pahilopost. Miles dieron rienda suelta a su indignación en Twitter. El hashtag #GoHomeIndianMedia (¡medios indios, regresen a casa!) fue el segundo lema más usado en Nepal, que se queja de que la India extiende demasiado su influencia en el Himalaya.