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La directora de Amnistía Internacional, Mariela Belski, se reunió con el futuro ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, a quien planteó las principales preocupaciones en materia de derechos humanos de cara a su gestión. La titular de Amnistía señaló que “los desafíos que enfrentará el nuevo gobierno serán muchos y variados”, y solicitó al ministro designado que “tenga en cuenta los compromisos asumidos por nuestro país en materia de derechos humanos”.

Belski hizo un repaso de “los temas más sensibles e indispensables” que deberían ser atendidos. En primer lugar, solicitó “la incorporación de una mujer en la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, en consonancia con decretos y principios constitucionales y de derecho internacional vigentes. La activista resaltó “los avances logrados por la Corte en torno a problemáticas vinculadas a la mujer”, sobre todo en “situaciones de discriminación y violencia de género, a través de la creación de las oficinas de la Mujer y de Violencia Doméstica”. También hizo hincapié “en trabajar en torno de la violencia contra la mujer”.

Por eso pidió “una política prioritaria y transversal del Estado a través de todas sus agencias, pero no limitado sólo al plano doméstico e interpersonal”. En este punto llamó la atención “sobre la violencia que ejerce el Estado cuando no establece políticas eficaces para implementar el aborto legal”, en referencia al fallo FAL, dictado por la Corte Suprema en marzo de 2012.

Amnistía compartió con el ministro designado “su diagnóstico respecto a la violación estructural de los derechos que sufren las comunidades indígenas en nuestro país” y sobre la necesidad de “trabajar en una política prioritaria de Estado para abordar esta situación”. Amnistía sugirió que “se reciba y escuche, entre otros, al líder qom Félix Díaz y representantes de los qopiwini que acamparon más de 9 meses en la 9 de Julio”.

Amnistía manifestó también “la importancia de sostener el trabajo de la querella del Ministerio de Justicia en el juicio por encubrimiento” por el atentado contra la AMIA y en mantener “la relación y el apoyo a los familiares” de las víctimas. Belski dijo que Garavano fue “muy receptivo” a los temas planteados.