“Con los nuevos costos vemos difícil la posibilidad de que la actividad se mantenga en el tiempo”, advirtió Marcelo Achile, presidente del Club Defensores de Belgrano. Con la historia de un barrio detrás de sí, el club recibe a 1500 chicos que juegan al fútbol a diario. La factura de la luz, que solía ser de 22 mil pesos, se triplicó. Como todos, el club intenta evitar por todos los medios posibles trasladar los aumentos de tarifa a los socios. “Nosotros no somos una empresa comercial, no podemos subir la cuota al ritmo de todos los aumentos”, comentó. “Por Defensores pasó toda la vida social del barrio de los últimos 100 años, somos un club barrial que creció en cantidad de socios”, agregó Achile, quien preside la institución desde hace dos décadas.

La historia de Defensores se forjó a unos cuantos metros de la ex Escuela de la Armada Argentina (ESMA), a la que hoy presta instalaciones para algunos cursos cuando en el predio hay amenaza de bomba, lo que sucede con frecuencia. “Nuestro rol en el barrio excede lo deportivo, seguimos dando espacio a lo educativo y lo social, como lo hacen todos los clubes de barrios. Nos gustaría mantenerlo así”, consideró el presidente del club. En ese sentido, Achile señaló que la suba de las tarifas pone una fuerte presión sobre las instituciones como Defensores, que intentan “resistir a los intentos de ser comprados por grandes empresas” y “perder la esencia barrial”.