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Entre las víctimas del terremoto en Italia hay muchos niños: durante las vacaciones, muchos padres mandan a sus hijos con los abuelos, quienes a menudo viven en pequeños pueblos, mientras ellos se quedan trabajando en las grandes ciudades. En los meses de verano, especialmente en agosto, también muchas familias pasan las vacaciones en sus pueblos de origen.

Ayer se conocieron historias desgarradoras de las pequeñas víctimas:

- Una madre se marchó de L’Aquila después de sobrevivir al gran terremoto que tuvo lugar allí hace siete años. Buscaba tranquilidad en el pequeño pueblo de Arquata del Tronto, en Las Marcas. Sin embargo, ahora el nuevo terremoto le arrebató allí a Marisol, su hija de 18 meses.

- Una familia entera murió en el pueblo de Accumoli. La madre, el padre, un niño de primaria y un bebé. Todos dormían en una habitación cuando el techo se derrumbó sobre sus cabezas.

- Un niño de 11 años pidió auxilio entre los escombros. Durante horas los equipos de rescate trabajaron para sacarlo con vida; sin embargo, la voz de Alfredino, de Amatrice, se apagó. Cuando por fin consiguieron llegar a él, ya estaba muerto.

- El destino de los gemelos Simone y Andrea, de Amatrice, no fue mejor. Simone fue rescatado aún con vida de entre los escombros, pero murió poco después a causa de sus heridas. Su hermano murió entre los escombros.

Pese a todo, hubo algunas historias esperanzadoras. Una abuela y sus dos nietos se metieron debajo de la cama cuando el mundo se les cayó encima y sobrevivieron. Y la pequeña Elisabetta saltó por la ventana de un primer piso. Debajo se encontraba su padre, que consiguió salvarla.