¿Circula en estos espacios de mujeres la propuesta del Telar de las Mujeres o Flor de la Abundancia, para juntar dinero a partir de invitar a ocho mujeres a “regalar” una suma de cerca de 18 mil pesos para recibir luego un “regalo” -como lo llaman– que multiplica por ocho esa cifra?

S. E.:– Estas prácticas generan un lenguaje que interpela el estatuto supuestamente vergonzante de los sentimientos expresados de forma abierta: “somos seres de luz”, “bendiciones para vos”, “abundancia”, un conjunto de términos que aluden al mundo espiritual, pero también supuestamente a un lenguaje femenino que sería el de las emociones, los sentimientos y la amorosidad. Los telares retoman algo de esa retórica. Ahora bien, conozco personas que han sido invitadas a un telar y no tienen nada que ver con el mundo de los círculos pero que son percibidas como mujeres fuertes que podrían estar tentadas a sumarse y sumar a otras para ganar mayor sostén, autonomía. Personas que han sido invitadas a telares me han dicho que el argumento que sustenta la propuesta es que nos vamos ayudando entre todas, y que todas ganamos. Pero también conozco mujeres que participan no tanto por el argumento más espiritual, sino porque les da confianza que sean mujeres, que sea un espacio más chico y que las invite una amiga.

K. F.: –No creo que sea una propuesta engañosa en sí misma. Conozco mujeres que se han sumado no por la cuestión del dinero sino por la posibilidad de conocerse, de conocer a otras mujeres, de sentir que estaban siendo parte de una red que construía algo alternativo. Algunas están muy contentas y a otras les ha resultado difícil salir y recuperar el dinero que colocaron como “regalo” al entrar al telar alternativo. En estas redes hay una idea fuerte de emprendedorismo pero es un desafío valorarla positivamente en un contexto en el que esta apuesta se vincula con el neoliberalismo y el actual gobierno, que claramente maneja bien el discurso Nueva Era. A esto se suma que estas prácticas femeninas que venimos describiendo están estigmatizadas tanto por los sectores ilustrados supuestamente secularizados como por el feminismo que entiende la política solo en diálogo con el Estado y construye su agenda en torno a la legalización del aborto y la denuncia de la violencia de género y feminicidios. En este contexto parece haber poco espacio para comprender un fenómeno social que distintos tipos de prejuicio no nos deja terminar de comprender o al menos comenzar a escuchar. La rapidez con la que se extendió la propuesta del telar no puede agotarse en una explicación economicista de la crisis actual y la promesa de dinero fácil: lo que se está buscando es algo más que la multiplicación del regalo/dinero puesto al comienzo.