SOCIEDAD
Un informe bajo sospecha
Sin que el fiscal Oscar Acevedo lo requiriera, el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, Distrito II (Avellaneda) elaboró un dictamen sobre las causas del fallecimiento de Sara Gallo. El informe, solicitado a la entidad por la directora ejecutiva del Fiorito, Adriana D’Astek, descarta cualquier posibilidad de mala praxis. La misma D’Astek lo envió a la fiscalía. “Las medidas adoptadas han sido adecuadas, suficientes y oportunas, sin que ameriten en cada uno de sus pasos reproches de deficiente e inadecuada atención”, señala el dictamen. Puntualmente, responsabiliza de la muerte a la presencia en su cuerpo de un germen (Klebsiella oxitoca) “multirresistente a los antibióticos”, sumado a un cuadro de diabetes de la paciente y al “inevitable trauma quirúrgico que producen las intervenciones”. A la fiscalía le llamó poderosamente la atención que el informe haya sido elaborado y presentado sin haber sido solicitado. “Además, nos llamó la atención que varios de los médicos que figuran en ese Colegio están en el plantel del hospital. La fiscalía va a pedir otra pericia a médicos oficiales”, aclaró una fuente cercana a la investigación. “Si el deceso se produjo como consecuencia de una infección intrahospitalaria, la causa sería recaratulada como homicidio culposo, por violación del deber de cuidado, porque no limpiaron bien los quirófanos y la responsabilidad recaería sobre la directora del hospital”, agregó la fuente. Un médico del Fiorito mencionó a este diario que una posible vía de infección de la mujer podrían haber sido “las cánulas (especie de tubitos conectados a un aparato similar a una aspiradora) que se usan para lipoaspirar la grasa, que no pertenecen al Fiorito y por tanto no se esterilizarían allí, y los llevarían los mismos cirujanos”.