SOCIEDAD › LUIS D’ELIA *.
Quebracho es dudoso
Quebracho siempre ha tenido un pasado dudoso. Desde la rotura de las vidrieras de Modart, hace más de quince años, a la fecha, siempre es un grupo que se caracterizó por hacer acciones que son absolutamente funcionales a la derecha. No tengo duda de que entre sus militantes debe haber gente que cree apasionadamente en los postulados y consignas de la organización, pero tal vez entre sus dirigentes algunos tienen terminal con alguna cabecera de inteligencia. Alguna vez Daniel Hadad, en un episodio que se narra en el libro de Javier Romero y Romina Manguel, nos confesó a Freddy Mariño de la CCC, a Carlos López y a mí, que “Esteche era de ellos”, que cobraba hace dos años en la SIDE y que por las noches trabajaba un par de veces a la semana en el programa de Chiche Gelblung . Y dijo una frase que nos dejó mirándonos a los tres, dijo que era “baratito, baratito”. Desconozco si es verdad, pero es el relato de un conspicuo empresario de la derecha que hace política todos los días con su medio. Lo que tengo claro es que las acciones y el discurso de Esteche le sirven de justificativo a la reacción para ilegitimar e ilegalizar la protesta social. Aun así, no coincido con la represión ni siquiera a estos grupos. Hubo cosas sorprendentes en el episodio del martes porque vimos muy relajados los mecanismos de prevención: si la policía se propone que una manifestación, sobre todo si es chica, no pase las vallas, nadie pasa. Fue llamativo que pasaran y que se habilitara una represión tan fuerte. Un periodista muy importante de Canal 7 dijo que hay imágenes de gente de la agrupación de Castells que decía “no tiren que soy policía”. Esteche forma parte de grupos que hace mucho tiempo respondieron a Nosiglia y hoy están vinculados al menemismo, profundamente. Por eso su asidua participación en los medios de la derecha.
* Federación de Tierra y Vivienda