[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La lipoaspiración es una intervención quirúrgica que se realiza con cánulas finas –de 2 a 4 milímetros– que se “introducen por incisiones mínimas en la piel para extraer grasa de la persona”, explicó a Página/12 el jefe de Cirugía del Hospital Fernández, Jorge Patané.
Para esta operación, la persona es sedada, generalmente, con anestesia parcial. Pero previamente el paciente debe someterse a una serie de estudios para verificar que su estado de salud esté apto para realizarse esta intervención.
“Cuando se realizan estas operaciones no se absorbe sólo grasa. También arrastramos sodio, potasio y cloruros, por lo que si la persona está baja de defensas, puede sufrir una descompensación”, enfatizó María Luisa Rijana, titular del área de Clínica Estética de la Asociación Médica Argentina.
“Junto con el cirujano, debe haber una anestesista durante la intervención, que observe cómo oscilan la presión y la frecuencia cardíaca del paciente. Lo que puede ocurrir es que el paciente se descomponga, que esté shockeado por el miedo a la operación o que pierda mucha sangre. Si algo ocurre dentro de un quirófano bien preparado, pasa prácticamente inadvertido; no hay peligro”, detalló Rijana.
Para el cirujano Guillermo Flaherty, jefe de Estética del hospital Austral, “hay muchas personas que hacen estética, pero que no son cirujanos plásticos”. “Un profesional debe estar certificado y trabajar en un lugar acreditado por la autoridad competente. Y la clínica tiene que cumplir, además, con las normas de bioseguridad”, puntualizó Flaherty.
Para Patané, existen personas que se atienden en centros clandestinos porque “no ven igual una cirugía estética a una operación de vesícula, a la que no accederían hacérsela en un simple consultorio. Sin embargo, ambas son intervenciones”.
Rijana sostuvo, además, que hay personas que optan por estos lugares fuera de la ley para practicarse una cirugía estética “para reducir costos y por falta de información”. Para la especialista, además, la actitud de los profesionales que realizan estas intervenciones sin la preparación adecuada es “antiética”.