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A diferencia del caso de Paraná, Romina Tejerina fue hallada culpable por el asesinato de su hija recién nacida, por lo que recibió una condena de 14 años de cárcel. Es que la Justicia de Jujuy no admitió la inimputabilidad de Tejerina, de 20 años, por entender que “tenía pleno conocimiento de sus actos cuando mató a su hija”. Según denunció Romina, fue violada por un vecino que la “amenazó y persiguió para que no lo denunciara”. La chica ocultó su embarazo por temor al castigo por parte de sus padres. El parto ocurrió en el baño. Bajo los efectos del “estrés posterior al parto”, la chica puso al bebé dentro de una caja de zapatos a la que atravesó de 21 puñaladas. Como Rita, tampoco recordó nada de ese episodio durante el juicio.
En el caso Tejerina, la violación no pudo ser corroborada. Su caso reinstaló con crudeza la polémica por la legalización del aborto en esos casos. También sobre la eliminación de la figura de infanticidio, que prevé la atenuación de las penas en los casos de homicidios cometidos por las madres en la etapa post puerperal.
Actualmente, organizaciones sociales y de derechos humanos reclaman al gobernador de Jujuy la conmutación de la pena aplicada a Romina.