SOCIEDAD
Un tiro por elevación
El robo de una escopeta de colección en la caja de seguridad de Enrique Petracchi fue considerado por los investigadores judiciales como “más que extraño”. A primera vista parece que se buscó a alguien de renombre, una víctima que causara impacto mediático. Tratándose de un robo sofisticado, con llaves dobladas o un método similar, podría haberse buscado a alguien con mayor poder económico. Pero lo que refuerza todavía más la idea de que el robo fue extraño es que terminaron llevándose un arma de colección. Las preguntas son obvias: ¿no es demasiado riesgoso salir de un banco con un arma?, ¿no es más lucrativo robar dinero en efectivo, que hay mucho en casi todas las cajas, que un arma que, a lo sumo, puede valer dos mil dólares?
Con estos datos a la vista, las hipótesis son numerosas, pero la primera es un intento de desestabilizar a la titular del banco, Felisa Miceli. No faltan quienes mencionan que la funcionaria interfiere con negocios de funcionarios de línea del banco en materia de seguridad y otros consideran que en sectores gremiales no cayó nada bien su decisión de reflotar la mutual del banco que, objetivamente, compite con la obra social sindical. Por el lado de los gremialistas afirman que el jefe de seguridad, Jorge Brunet, fue puesto por Miceli por ser amigo de su esposo, pero los adherentes a la directora sostienen que eso de ninguna manera fue así. Es más, dicen que existe un sumario administrativo para determinar responsabilidades y, de resultar imputado, sería separado del cargo. Lo mismo ocurrirá si resulta imputado por la Justicia.