Domingo, 11 de octubre de 2015 | Hoy
MúSICA > LAS EDADES
Se presentaron el año pasado en sociedad, con un EP adorable, titulado Cinco canciones de amor. Ahora llega el turno de su primer disco, producido por Maxi Prietto, con guitarras profundas y climáticas, voces utilizadas como un instrumento más y letras que hablan del amor como caos, violencia y desconcierto. Con la edición de Todo, Las Edades se termina de revelar como una de las gratas sorpresas del pujante circuito under porteño.
Por Walter Lezcano
A la altura del cuarto tema, “Los caminos de tierra”, del primer disco de Las Edades, Todo, hay una declaración de principios ineludible y, en esas mismas palabras, una ambiciosa metodología de trabajo en vistas a un deseado futuro de culto: “Prefiero/ los caminos de tierra/ porque en los asfaltados/ no puedo dejar huella.” ¿De qué están hablando en estos pocos versos? Es probable que quieran, como lo hizo Manal entre otros, sacarle una foto al suburbio más icónico, pero también es posible que intenten reflejar ciertas aspiraciones que buscan credibilidad e, incluso, la posteridad: la independencia es, por estos días, el único camino posible para una banda que recién empieza y que, por otra parte, quiere dejar su marca hoy y en todas las fiestas del mañana.
Las Edades, Lea Franov (guitarras y voces), Fernando Palazzolo, (guitarras y voces), Nicolás Miranda (guitarras y coro), Otto (bajos y voces) y Andrés Conte-Grand (baterías), es una banda que hizo su aparición en mayo del 2014 a partir de la edición de un EP: Cinco canciones de amor. Pero su historia comienza desde antes, aunque no mucho antes. Cuenta Nicolás Miranda: “Comenzamos en 2013, aunque la mayoría de nosotros se conoce hace años. Nos unía una gran amistad y la melomanía pero no un proyecto musical. Conte venía tocando en otras bandas que seguíamos (MGO o Vúmetro), yo había tenido bandas anteriores, Lea aún no había estado en ninguna pero viene de familia de músicos y siempre supo que esto es lo suyo. Nos juntamos sin ideas preconcebidas, sólo pensando en hacer canciones e inspirados en el espíritu de bandas de acá que nos gustan mucho: los proyectos de Maxi Prietto, Murci Bouscayrol, Roberto Monstruo y muchos otros.”
Este primer trabajo tuvo algunas particularidades: fue producido por ellos mismos, aparecían tres diferentes cantantes, antes de grabarlo tenían pocos shows en vivo y mostraban un sonido adorable sin ser naif; estaban más del lado de la melancolía y la posibilidad de vivir, con algo de intensidad, sensaciones difíciles de manejar. ¿No es el amor lo más complejo y extraño que existe?, parecía preguntar Las Edades con este disco: “Desde el comienzo hicimos temas propios. Lo que nos unió fue la sensación de que hay cosas, sentimientos, que sólo se pueden decir de manera musical. En ese sentido las composiciones de todos siempre tuvieron y siguen teniendo algo instintivo, mucho más cerca del impulso que de la reflexión”, explica Lea.
La grabación de este primer trabajo significó para ellos una consolidación, puertas adentro, de la banda. Dice Fernando: “Cinco canciones de amor sirvió como muestra de lo que teníamos y queríamos hacer llegar. Sólo habíamos tocado en vivo tres veces al momento de grabarlo, por lo que fue muy fresco, un gran aprendizaje en todo sentido y una instancia de producción intensiva, ya que todo se grabó en dos días. Hay cuatro compositores y tres cantantes en cinco canciones, por lo que fue un manifiesto sin concepto, un ‘acá estamos y esto somos... por ahora’”.
Lo que vino después de esta primera aparición, que tuvo un buen recorrido y escuchas en el ghetto indie, fue el mismo recorrido de todas las bandas: salir a mostrar esas canciones, defenderlas, darles otra vida: “Tocar es un ritual hermoso, con su previa y su después. Intentamos que la banda suene, a la vez, delicada y poderosa tanto en vivo como en los discos”, cuenta Nicolás.
Ahora llega Todo, un disco de once canciones (“todo lo que teníamos”) donde se profundiza la experiencia de su primer EP porque ya tenían un conocimiento más sólido de su sonido: el amor como caos, violencia y desconcierto, las guitarras creando climas de misterio y profundidad, las voces utilizadas como un instrumento más y, por supuesto, una lírica por momentos completamente hermética (como algunos amores) y de a ratos clara y diáfana como un paraíso cercano y al alcance de la mano. Esta vez, también decidieron arriesgarse y producirlo ellos mismos, así que todos los aciertos les pertenecen: “Adentro de la banda hay una mezcla de conocimiento técnico e ideas musicales no siempre traducibles o negociables con alguien externo, y porque confiamos en que la clave de nuestro sonido la tenemos nosotros. Con la particularidad de ser una banda con tres guitarras: ver la manera de encontrarles una espacialidad o lugar, cómo entrelazarlas y hacerlas dialogar entre sí y con lo demás, tomar la decisión de poner las voces al frente por estar de acuerdo en que hacemos canciones y canción viene de cantar. Nos reservamos esas elecciones estéticas para nosotros, con gran ayuda de quienes mezclaron (Murci Bouscayrol en Todo y de Maxi Prietto en Cinco canciones de amor): personas que admiramos, en quienes confiamos y que nos conocen como músicos y personalmente”, revela Otto.
Las Edades ya se han convertido en una de las gratas sorpresas del circuito under porteño. Pero ellos se sienten parte de algo más abarcativo que una simple propuesta personal: “Por una cuestión estética y de circuitos de circulación de lo que hacemos, somos una banda independiente que está en un gran momento. Ya desde antes de tocar escuchábamos e íbamos a ver a muchas bandas todo el tiempo, con las que ahora tenemos el placer y honor de compartir escenario. Nos pasa con Los Espíritus, los Charmanders, Krupoviesa, Vúmetro, Mambo Surf, Césped y otros.”
Grabado en Buenos Aires, masterizado en Los Angeles y con un excelente arte de tapa hecho por Tu Vieja, Todo es un muy buen debut que, ya desde su título, remite a un tipo de entrega que intenta ser significativa con la escena y, por qué no, con un modo de ver el mundo: “Es lo bastante amplio como para que cada uno de los cinco deposite en él sus razones. Ahí están la entrega, sí, y también la unidad, la síntesis, lo definitivo, el exceso. Tal vez tiene que ver con lo redondo, con la idea de un pequeño universo. Y además creemos que el modo autogestivo de hacer música está creciendo y la intención es crecer con él. Seguiremos haciendo nuestras canciones y disfrutando de lo que ocurre cuando las compartimos con quienes las escuchan. Lo que vuelve es tan movilizador que intentarlo ya es una ambición muy grande”, concluye Lea.
Todo se puede escuchar online en lasedades.bandcamp.com
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