Domingo, 30 de agosto de 2015 | Hoy
Como en toda guerra, de papel o con armas, cada bando tiene que dirimir sus propias internas. Es inevitable que en cada facción haya una lucha de poder. Beatles y Stones no han sido una excepción en esto.
La rivalidad entre John Lennon y Paul McCartney siempre existió, aunque frente al mundo hayan decidido presentarse como una dupla imbatible, indivisible y no permutable (Paul no pudo lograr que su apellido fuera primero, ni siquiera en “Yesterday”). Había una tercera fuerza que fue creciendo de a poco: la de George Harrison, que devino potencia efímera con un disco triple que editó poco después de la implosión beatle: All Things Must Pass.
John McMillian no vio con malos ojos esa pelea en sordina. “Creo que la competencia entre Lennon y McCartney los empujó a hacer sus mejores trabajos, y los dos tenían virtudes que compensaban la debilidad del otro. En diferentes palabras; si lo dejaban librado a su suerte, John podía ser un poco autoindulgente y vanguardista. Por contraste, Paul podía ponerse un poco (o muy) sentimentaloide. Pero juntos corregían las peores tendencias del otro.”
¿Y qué hay de los Rolling Stones? Si bien Mick Jagger y Keith Richards terminaron pronto con la resistencia que les opuso Brian Jones, que alguna vez fuera el líder ortodoxo que deseaba imponer el dogma del blues por sobre la tendencia rock and rollera, hubo chispas entre ellos que amenazaron con incendiar a la banda, sobre todo en los confusos años 80.
“La relación entre Mick y Keith continúa siendo un poco misteriosa para mí –concluye McMillian–; tengo la impresión que no se quieren mucho el uno al otro.”
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.