› Por Wendy Guerra
Amuleto y Resguardo para tu seguridad para tu salud para tu mente y desenvolvimiento
Todas las magias salvan
O
se vuelven contra ti
Vivo en el país de la magia Negra ¡Sí!
Vivo en el país de la magia roja ¡Oh no!
Cierran falsamente las heridas silenciadas dibujando en círculo lo que dolía de ti
Con la máquina amarrada a mi pecho avanzo por la Diagonal Casanova(parte montaña)
Hago mi primera ruta Bolaño hasta sus libros ruta catalana
El resguardo es un amuleto cubano PERO El amuleto es un resguardo occidental
En este departamento hay una foto de Bolaño que me sigue susurrando
Es mi amuleto y con él me siento delirar
—A y B escriben himnos sobre mi espalda pentagramas dolorosos me gusta ese dolor
Regreso a Cuba con un cargamento de sus novelas
Esta cubana no sabe nada de la vida Esta cubana no ha leído a Bolaño ¿Pero cómo que no leíste nada de él? —No, no sabía, perdón, perdón, perdón.
Estamos en el aeropuerto me pincho las manos con agujas —Es el miedo a perder el amuleto
Vienen por mí
Vienen a meter la mano en mi maleta mis juguetes mi ropa interior quedará expuesta
Detectives salvajes revisan los libros y el autor no les parece confiable
¿Quién es él? —Pregunta el policía de libros—
Él es Roberto
Me pincho los dedos y la sangre azul se mezcla con lágrimas y el papel azul los pone frenéticos
¿No es acaso roja su sangre?
Amuleto de sangre azul —Grito en el aeropuerto rojo
No quiero destilar nada rojo nada rojo nada rojo en mucho tiempo saldrá de mi
Salgo del aeropuerto sin mis libros en la ruta cubana Bolaño
Los pioneros cantan aquellas canciones rusas de siempre y recuerdo que sigo en la novela cubana que está en el libro blanco de su memoria
La niña que he sido escribe su novela de memoria
Aquí No me sirven sus amuletos No me sirven mis resguardos.
Las viudas siempre tienen un nuevo ejemplar sobre los muslos y yo escribo las páginas blancas que él tendría para mí al regresar de la isla roja roja roja roja Roja como los pájaros
Escuchen bien lo que me temo: “ Los niños, los jóvenes, cantaban y se dirigían hacia el abismo [...] los niños más lindos de Latinoamérica, los oí cantar y nada pude hacer para que se detuvieran, porque aunque a ellos se los tragó el abismo el canto siguió en el aire del valle.
El abismo llama al abismo El discurso mata el verbo El libro abre la herida
Tengo un amuleto de sangre azul
Resguardo y amuleto Bolaño.
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