Lunes, 9 de junio de 2008 | Hoy
20:45 › BOLIVIA
Con puños en alto y gritos enfurecidos, miles de vecinos de la ciudad de El Alto llegaron este lunes a La Paz para asediar la embajada de Estados Unidos, país que le habría dado asilo político a un ex ministro boliviano acusado de genocidio, según sus propias declaraciones.
Una multitud de indígenas aymaras, entre ellos mujeres, ancianos y jóvenes, caminaron unos 12 km desde El Alto hasta la sede diplomática, para manifestar en contra de que se le concediera un estatus favorable al ex ministro Carlos Sánchez Berzaín, aunque hasta el momento el asilo no ha sido confirmado.
"¡Justicia, justicia, justicia!", gritaron miles de vecinos en las afueras de la embajada para reclamar por el presunto asilo del ex funcionario, a quien se le responsabiliza, junto al ex presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada, por la muerte en octubre de 2003 de unos 60 civiles.
La violencia social que se cobró esas vidas se desató por el rechazo de los pobladores de El Alto a la intención del gobierno de entonces de exportar gas a Estados Unidos por puertos chilenos, un país al que se le reclama por una salida soberana al Pacífico, tras perder una guerra hace un siglo.
Este lunes, los vecinos partieron en horas de la mañana desde la ciudad de El Alto para caminar lentamente hasta las oficinas de la legación diplomática.
En su trayecto por el corazón de la capital, reclamaron a gritos el enjuiciamiento del ex presidente y su ex ministro de Defensa, quienes se refugiaron en Estados Unidos el mismo día en que cayó su gobierno.
"¡Bolivia libre sí, colonia yanqui no! ¡Fuera el embajador (Philip Goldberg)! ¡Viva el gobierno del (incaico) Tawantinsuyo!", eran los estribillos que marcaron la protesta de los furiosos vecinos, quienes se sintieron particularmente lastimados por la versión del asilo, no confirmada por Estados Unidos.
A la llegada a las oficinas de la embajada, una construcción de varios pisos que ocupa casi una manzana y cuya estructura sobresale sobre el resto de los edificios, los manifestantes intentaron romper el cordón de seguridad que instalaron al menos unos 200 policías.
Como refuerzo, había dos vehículos antimotines en las puertas de ingreso.
"Queremos que la policía se retire, no nos responsabilizamos si hay enfrentamiento, porque podemos quemar la embajada", decía en tono amenazante y reiterativo, Edgar Mora, dirigente de la radical organización "Comité Cívico Popular", cercana al oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
Mientras tanto, otros vecinos hacían explotar petardos lanzados a los jardines de la legación diplomática, sin causar daños, y detonaron otros explosivos en la calle.
Se produjeron empellones y empujones y cada vez aumentaba la intención de los manifestantes por romper el anillo de seguridad y de ingresar por la fuerza a la embajada, lo que obligó a la policía a recurrir al uso de agentes químicos antidisturbios como acto de disuasión, sin causar daños personales.
La embajada de Estados Unidos no hizo ningún comentario por el asedio sufrido durante varias horas, mientras su embajador Goldberg se limitó a señalar que su país no comentará sobre el presunto asilo político.
La versión del asilo surgió del propio Sánchez Berzaín, en declaraciones formuladas el jueves, y agrietó más aún las relaciones entre el gobierno socialista de Bolivia y Washington, marcada por constantes sobresaltos por diferencias políticas, económicas e ideológicas.
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