El país persa ha rechazado continuamente las preocupaciones internacionales por que esté desarrollando en secreto un programa de armamento atómico, insistiendo en que no abandonará su programa nuclear civil presionado por las potencias mundiales.

Mehmanparast añadió que en lugar de fijarse en Irán, la cumbre de Washington debería abordar el asunto del arsenal nuclear israelí y su rechazo del Tratado de Proliferación Nuclear, que, en su opinión, es el principal obstáculo para el desarme.

El portavoz también dudó de que China, que es el principal aliado de la república islámica, vaya a volver del lado de Estados Unidos y Europa para acordar nuevas sanciones contra Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU.

El lunes, fuentes oficiales estadounidenses dijeron que China estaba dispuesta a trabajar con las potencias occidentales en la imposición de nuevas sanciones a Teherán.

Al contrario, Mehmanparast afirmó que tanto China como Rusia acudirán a la cumbre sobre desarme atómico que se celebrará el 17 de abril en Irán, a la que también asistirán otros 15 ministros extranjeros.

En tanto, el enviado iraní al Organismo Internacional de Energía Atómica aseguró que, puesto que Estados Unidos había invitado de forma "selectiva" a los países, aquellos no invitados (como Irán) no tenían obligación alguna de respetar las decisiones adoptadas en la cumbre.

A pesar de que la conferencia que se celebrará en Teherán tratará supuestamente el desarme nuclear, los observadores internacionales creen que no es más que otro intento del país persa para que se reconozca internacionalmente su política nuclear y mostrar así las sanciones como irrelevantes.