El secretario general del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, y la Subsecretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Dietrich, llegaron a una tregua de una semana en el conflicto por el cambio de horario de carga y descarga en la ciudad. El gobierno pospuso la implementación de la medida por siete días, tiempo durante el que la analizará junto con representantes del gremio.

Por su parte, el Sindicato de Choferes de Camiones postergó por el mismo lapso de tiempo el paro iniciado a la 0 de hoy en la rama carga y descarga del gremio, luego de acordar con el gobierno porteño "el análisis general de la situación".

"La reunión ha sido satisfactoria, ya que el Ejecutivo porteño reconoció que los trabajadores no habían sido convocados para discutir la situación y el cambio horario", sostuvo esta tarde Juan Amaraz, secretario de la rama carga y descarga del gremio.

"Nos tomaremos una semana para discutir punto por punto. Este cambio de condiciones laborales y de horarios en la carga y descarga nunca fue conversado con el gremio", dijo el dirigente. Amaraz explicó que esas cuestiones habían sido analizadas durante 180 días entre funcionarios de Mauricio Macri y empresarios agrupados en la cámara Fadeeac, pero "no con el gremio" que, sin embargo, se avino a levantar la huelga general.

El conflicto se desató con la modificación que el gobierno porteño implementó al horario de reparto de mercaderías por parte de los camiones, decisión frente a la que Moyano advirtió que no iban a permitir el ingreso a la ciudad de los vehículos distribuidores de alimentos, bebidas y productos lácteos hasta tanto no se modificase.

"Esta gente está totalmente equivocada. Es insólito lo que quieren hacer para ordenar el tránsito", había manifestado antes de la reunión el hijo del titular de la CGT, Hugo Moyano, mientras el sindicato que dirige cumplía un paro por tiempo "indeterminado". Además, había asegurado que "esto va implicar que haya despidos y suspensiones" en el gremio de los camioneros, porque "la mayoría de los negocios está cerrado de 20 a 8", el horario que se estipuló para repartir las mercaderías.

Macri, por su parte, sólo se había referido a la reacción del gremio, peor no a una posibilidad de flexibilizar la modificación de horarios de repartos: "Qué cosas tenemos que aguantar, no sé cuánto tiempo más vamos a aguantar semejante maltrato", se quejó.