Miércoles, 20 de octubre de 2010 | Hoy
20:27 › FRANCIA PROTESTA CONTRA LA REFORMA JUBILATORIA
El gobierno francés forzó la reapertura de depósitos de combustible bloqueados por huelguistas en medio de temores de desabastecimiento, al tiempo que amenazó con enviar a la policía paramilitar para reprimir hechos violentos durante las crecientes protestas contra una reforma jubilatoria.
"Mi deber es garantizar el orden republicano al servicio de todos los franceses", declaró el presidente Nicolas Sarkozy ante el Consejo de Ministros para justificar su decisión de utilizar la fuerza para evitar el desabastecimiento de combustible.
Policías franceses reabrieron una decena de depósitos de combustible en el oeste y norte del país bloqueados por trabajadores petroleros que están en huelga desde hace 10 días, anunció el ministro del Interior.
Ante la llegada de la policía, los trabajadores abandonaron los depósitos, pero se dirigieron a las rutas para bloquear o ralentizar el paso de los camiones conduciendo a baja velocidad durante varias horas.
"Nada de enfrentamientos, la lucha continúa. Seremos más útiles afuera que en prisión", aseguro Christophe Hiou, responsable de la CGT en la refinería de Donges (este) a la radio France Info.
Por la mañana, jóvenes enmascarados volvieron a romper vidrieras de negocios, quemar autos y a tirar piedras a la policía en Lyon, a donde se trasladó por la tarde el ministro del Interior Brice Hortefeux tras el tercer día de violencia en una de las ciudades más importantes del país.
Asimismo, desde anteayer en el suburbio parisino de Nanterre, se sucedieron violentos disturbios cerca de un colegio cuyos estudiantes adhieren a las protestas contra los planes del gobierno de elevar la edad jubilatoria de 60 a 62 años.
Las manifestaciones se tornaron violentas esta semana luego de meses de marchas y protestas relativamente pacíficas contra la reforma previsional de Sarkozy, que el Senado somete a debate y cuya votación final está anunciada para mañana.
El gobierno espera que mañana comience la votación, para que luego la comisión mixta parlamentaria (siete diputados y siete senadores) se reúna el lunes y adoptar definitivamente el texto el miércoles próximo.
Los sindicatos, en tanto, aspiran a que el gobierno dé marcha atrás y abra una negociación, por considerar que la ley amenaza conquistas sociales fundamentales de los trabajadores y agranda la brecha entre las generaciones de franceses.
"La reforma actual no es de derecha ni de izquierda, es la reforma del sentido común", aseguró hoy ante los senadores el primer ministro Francois Fillon, quien podría ser el principal damnificado de la renovación ministerial que Sarkozy anunciaría en 10 días y con la cual el gobierno pretende calmar los ánimos.
Ante sindicatos y estudiantes decididos a seguir a pesar de la aprobación del texto, el gobierno espera "resistir" sin "incidentes mayores", según reconoció al diario Libération el asesor de políticas sociales de Sarkozy, Raymond Soubie, quien fijó el calendario para llevar adelante la reforma.
Antes de partir a Lyon, Hortefuex, dijo en conferencia de prensa en París que no hubo violencia durante la reapertura de los depósitos de combustible y advirtió sobre una "espiral infernal" de consecuencias para toda la economía francesa, la salud y seguridad públicas en caso de que se agrave la escasez de combustible. Un tercio de las 12.522 estaciones de servicio del país no tienen combustible, que además escasea en todas las restantes.
El ministro del Interior calificó como "delincuentes" a los 1423 detenidos en las protestas nacionales y advirtió que "usaremos todos los medios para agarrar a estos delincuentes, incluyendo la GIGN", dijo el ministro, en referencia a la policía paramilitar.
Un tercio de los arrestos se produjeron ayer, cuando 3,5 millones de franceses salieron a las calles a protestar en una jornada nacional de huelga y manifestaciones, la sexta contra la reforma. De los detenidos, a 123 se les iniciaron causas penales, en tanto que 62 policías resultaron heridos en los últimos siete días.
Mientras tanto, hoy volvieron a registrarse cancelaciones y retrasos en el tráfico aéreo y ferroviario. Manifestantes comenzaron a bloquear hoy el acceso a aeropuertos en París, Toulouse, Niza, Nantes, Clermont-Ferrand, anunciaron voceros sindicales.
Por otro lado, los trabajadores de los dos principales puertos petroleros de Francia, Fos-sur-Mer y Lavéra (cerca de Marsella), bloquearon a 51 barcos de crudo en su 24to día de protesta contra la reforma de pensiones y las condiciones de trabajo en el puerto.
De esta forma, una centena de barcos permanecen en la costa del mediterráneo francés cargados de petróleo, en momentos donde las 12 refinerías del país se encuentran bloqueadas y en huelga. Camioneros entorpecieron el tráfico con sus vehículos estacionados en muchas autopistas y rutas. Numerosas escuelas y universidades permanecieron cerradas o bloqueadas por los estudiantes.
Los sindicatos consideran que el gobierno es responsable del bloqueo económico del país. "Ellos se encerraron en su torre de marfil, son ellos quienes están completamente bloqueados", estimó el secretario general de Fuerza Obrera, Jean-Claue Mailly en Canal +.
Las ocho organizaciones se reunirán mañana en París para decidir nuevas acciones en momentos donde los senadores discutirán las últimas enmiendas a una ley que Sarkozy pretende establecer como uno de los símbolos de su quinquenato en el poder.
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