"Somos tan firmes como montañas y la mayoría de los yemeníes optan por la seguridad, estabilidad y legalidad constitucional", dijo Ali Abdulla Saleh ante miembros de tribus en la provincia de Saná, citado por la agencia de noticias oficial Saba. Sus declaraciones se producen en medio de la retirada del apoyo de funcionarios del gobierno y diplomáticos en protesta por el uso de la violencia contra los manifestantes que demandan el fin de su mandato de 32 años.

El hombre en el poder desde hace 32 años se quedó sin el apoyo de una de las unidades de combate más poderosas del país. El general de división Ali Mohsen Al-Ahmar, comandante de la poderosa primera división Blindada del ejército, es el comandante de mayor rango entre los tres que se sumaron a la oposición, informó la cadena televisiva Al Jazira.

Al-Ahmar anunció su pase a las fuerzas opositoras en un mensaje que entregó a un colaborador cercano a los dirigentes de la protesta en la plaza de Saná convertida en el centro de las movilizaciones de la oposición.

Algunos de los tanques y vehículos blindados se apostaron en la plaza de la capital yemení en la que los manifestantes instalaron un campamento en demanda de la renuncia de Salih, cuyas fuerzas dispararon desde azoteas y mataron el viernes a más de 40 manifestantes.

En tanto, tanques y transportes blindados del personal que pertenece a los oficialistas Guardias Republicanos se desplegaron afuera del palacio presidencial, en el sur de Sanaá, según dijeron algunos testigos.

Los Guardias Republicanos son la fuerza de élite que siempre acompaña al Presidente y que encabeza el hijo de Salih, Ahmed, a quien se consideró en alguna ocasión su heredero. El despliegue de estos vehículos tiene como objetivo contrarrestar la presencia de los elementos opositores de la Primera División Blindada que se encuentra en la capital.