No obstante, el portavoz del gobierno nipón, Yukio Edano, aseguró que no hay motivo para ampliar la zona de evacuación de 20 kilómetros. A los vecinos preocupados de la central les recomendó que mantengan cerradas las ventanas. La radiación cambia constantemente, según la dirección del viento, por lo que es muy difícil medir exactamente la radiactividad que sale de la planta nuclear.

Además, el Ejecutivo japonés prohibió hoy a otras dos prefecturas la venta de vegetales y leche, mientras el gobierno de Tokio recomendó a las familias de la capital que no den de beber a sus bebés e hijos menores de un año agua del grifo ante la elevada radiactividad ocasionada por el desastre nuclear. Las autoridades detectaron altos niveles de radiactividad en once tipos de productos agrícolas procedentes de la prefectura de Fukushima, entre ellos en brocoli y repollo.

En la ciudad de Motomiya, 60 kilómetros al oeste de la planta nuclear, el Ministerio de Sanidad detectó cesio radiactivo en niveles de 82 mil bequerelios -164 veces por encima del límite legal- en kukitachina, un tipo de vegetal. También, el gobierno nipón detectó además yodo radiactivo en perejil y leche sin tratar en la prefectura de Ibaraki.

Por otra parte, las cifres oficiales de muertos identificados ascendió a 9.452. Además siguen desaparecidas 14.715 personas, según confirmaron los medios locales.

Mientras tanto, fueron suspendidas las intervenciones de bomberos para enfriar reactor 3 de Fukushima, que estaban previstas para las últimas horas. Estaba previsto que la nueva acción de los bomberos duraría dos horas. Sin embargo, cuando volvió a salir humo negro del reactor 3, los trabajadores en el lugar fueron evacuados.

La agencia de noticias Kyodo dijo más tarde que todos los trabajadores en los reactores 1 a 4 y todos los bomberos tuvieron que abandonar el perímetro de la central.