"Vamos a poner término a los encapuchados. Se acabó el tiempo de gente que oculta su rostro para que no sea presa de la justicia", dijo Hinzpeter al anunciar el proyecto que modificará el decreto 1086, que regula las movilizaciones.

La última manifestación convocada por estudiantes el pasado martes en Santiago congregó a unas 150 mil personas y acabó con disturbios que dejaron 396 detenidos y 78 lesionados.

Los dirigentes estudiantiles que organizan las marchas en demanda de una educación pública y gratuita condenaron la violencia y aseguraron que los responsables de los desmanes no los representan. El ministro llevó este argumento para su molino y dijo que "el movimiento estudiantil ha dicho que grupos aislados que van encapuchados a producir violencia", por lo que "se espera la aprobación" de las medidas por parte de los estudiantes.

En rigor se trata de dos iniciativas. La otra prevé incrementar la condena de 341 días a tres años para quienes cometan "desmanes" en las marchas. Según el funcionario, "hay que compatibilizar los derechos, hay que ponerles un atajo a los delincuentes y hay que advertir que muchas veces las manifestaciones pacíficas, como son las de los estudiantes, terminan distorsionadas por personas que concurren solamente a cometer delitos".