Miércoles, 1 de febrero de 2012 | Hoy
20:01 › EGIPTO
El viceministro de Sanidad, Hesham Sheifa, aseguró que se trata del "mayor desastre en la historia del fútbol de Egipto". La tragedia se produjo al término de un partido del campeonato nacional en la ciudad de Port Said, en el noreste del país, cuando los seguidores de Al Masry invadieron el campo de juego y corrieron tras los jugadores del equipo visitante, Al Ahli, lo que derivó en un enfrentamiento entre las dos hinchadas, que cumplieron un papel preponderante en las movilizaciones que terminaron con el derrocamiento del régimen de Hosni Mubarak un año atrás. La Federación de Fútbol local suspendió "indefinidamente" los partidos de primera división.
"Los ultras del Al Masry saltaron al campo a linchar a los jugadores del Al Ahly", relató a la agencia Efe el joven Hosam Mohamed Mustafa, testigo de los disturbios, tras el final del partido. Los hinchas del Al Masry, el equipo local, amenazaron de muerte desde el comienzo del partido a los seguidores y jugadores del rival y, al final del encuentro, se lanzaron al campo para perseguirlos, explicó.
Según Mustafa, los futbolistas más hostigados fueron las principales estrellas del equipo cairota, y entre ellos citó al arquero Sherif Ekramy y el centrocampista Mohamed Abutrika, un auténtico ídolo del f?tbol africano. De acuerdo con su relato, las fuerzas de seguridad no impidieron a los miles de "fans" del Al Masry invadir el campo al fin del encuentro, pese a que su equipo ganó 3-1: "Los hinchas atacaron como una avalancha a los futbolistas e irrumpieron en la gradas reservadas a los seguidores de Al Ahli", indicó Mustafa.
Aunque al inicio del partido el ambiente era "bueno", cada gol de Al Masry fue celebrado con invasiones del terreno de juego y las amenazas contra los rivales estallaron pronto con gritos de "Os vamos a matar" y "No os dejaremos volver a salvo a vuestra casa". "Dentro del estadio los ultras del Al Masri comenzaron a lanzar bengalas contra sus oponentes y desde el exterior piedras", agregó Mustafa, quien lamentó el odio que desde hace tiempo sienten los seguidores de Port Said y de la cercana ciudad de Ismailiya, también junto al canal de Suez, contra Al Ahly, el equipo más sólido de Egipto.
Mientras los jugadores de Al Ahly y sus aficionados se refugiaron en los vestuarios, los disturbios se extendieron por la ciudad, mientras el gobierno del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas movilizaba sus tropas ante el temor de que se produjeran nuevos incidentes cuando los hinchas regresaran a El Cairo.
"Las fuerzas de seguridad nos abandonaron, no nos protegieron", relató uno de los jugadores del Masry, Mohamed Abou-Treika, en una charla con la televisión de su propio equipo. "Esto no es fútbol. Esto es una guerra y la gente está muriendo frente a nosotros. No hay movimiento, ni seguridad, ni ambulancias", denunció Treika. Por último reclamó que "se cancele la liga: lo que ha sucedido hoy no puede olvidarse".
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