Desde temprano, más de 14 mil colegios electorales quedaron abiertos para que voten cerca de 15 millones de personas, según el Ministerio del Interior. El presidente y su esposa Asma depositaron sus votos en un local electoral, dentro del edificio de la televisión estatal siria, fuertemente asegurado, cerca del palacio presidencial en Damasco.

"Este día entramos en una nueva fase democrática y Siria se hace mucho más fuerte que antes", confió el ministro del Exterior, Walid al Moallem, tras depositar su voto en la sede del Ministerio en Damasco. El gobierno envió mensajes móviles urgiendo a los sirios a participar en las "marchas de lealtad" al régimen de Al Assad.

La población también se dirigió a votar al centro de Damasco, aunque la participación fue muy baja en los distritos suburbanos de la capital como Barzeh, donde predomina el sentimiento antigubernamental.

"Voté a favor de la nueva constitución, que contribuirá a un mejor futuro para Siria y traerá la seguridad y estabilidad a mi familia", decía un profesor de escuela en Damasco. Otro votante en el distrito de Qudssaya, en el noroeste de la capital, señaló sin embargo que no le representa ni a él ni a millones de sirios "que quieren un futuro más brillante y democrático".

El principal cambio que introduciría la nueva Carta Magna sería el permiso para establecer nuevas formaciones políticas. El partido Baaz de Al Assad llegó al poder en 1963. El borrador de Constitución eleva además de 34 a 40 años la edad mínima para acceder a la presidencia. Cuando Al Assad sucedió a su padre Hafez, en el año 2000, la Constitución fue modificada para rebajar la edad mínima hasta los 34 años y que así pudiera gobernar el actual presidente.

Mientras se celebraba el referéndum, el Ejército sirio aumentaba la presión militar en las ciudades rebeldes. Los Comités de Coordinación local denunciaron nuevas muertes, la mayoría de ellas en Homs, cercada y atacada por las fuerzas del gobierno desde el 3 de febrero.

Según fuentes activistas, más de 7 mil personas murieron en Siria desde el inicio de las protestas antigubernamentales, hace casi un año. Tan sólo el sábado perdieron la vida casi un centenar de personas en ataques del Ejército, sobre todo en Homs, Hama y Alepo.