"Creemos que es contraproducente e implica una completa mala lectura de la resolución de Gran Bretaña sobre este tema. El Reino Unido es un inversor enorme en Argentina e importamos bienes de Argentina. No está en el interés económico de Argentina poner barreras de este tipo. La posición adecuada aquí es una de cooperación, y no de confrontación", dijo el vocero oficial del primer ministro David Cameron.

La respuesta británica llegó debido a que se conoció que Giorgi instó a las principales compañías del país a reemplazar las importaciones de Gran Bretaña con productos y bienes producidos en otros países. “El Gobierno da una señal para quienes todavía utilizan al colonialismo como una forma de acceder a los recursos naturales ajenos”, plantearon en Industria.

Las tensiones bilaterales crecieron a pocas semanas del 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas (1982), cuando Argentina y Gran Bretaña se enfrentaron en un conflicto armado por la soberanía del archipiélago en el Atlántico Sur.

Argentina denunció ante la ONU la "militarización" británica en torno a las Malvinas, tras el despliegue de un destructor de la Royal Navy y del arribo príncipe Guillermo, que se entrena en las islas como piloto para operativos de búsqueda y rescate.