Además de las víctimas mortales, unas 50 mil personas resultaron heridas, 35 mil edificios fueron destruidos y se acabó con la infraestructura para el suministro de agua y electricidad. Serbia no puso fin al asedio de Sarajevo hasta la intervención militar de Estados Unidos, con la firma del tratado de paz acordado en Dayton (Ohio) en noviembre de 1995 y firmado en París el 14 de diciembre de ese mismo año. La Unión Europea no consiguió hacer nada para frenar la tragedia.

"La línea roja de Sarajevo" fue el nombre dado a este acto que recuerda a las víctimas mortales del asedio por parte de las tropas serbobosnias y para la cual también se dispusieron cintas rojas con la cifra de muertos escrita en blanco en muchas partes de la capital. La instalación fue ideada por el director de teatro Haris Pasovic y abierta con versos del poeta polaco Herbert Zbigniew, de su "Informe desde la ciudad sitiada".

Sarajevo "es una ciudad vital y fuerte, que tiene sus constructores, sus defensores, sus arquitectos... Es una ciudad invencible, que derrotó a todos los bárbaros que la atacaron", declaró el presidente de turno de la terna presidencial bosnia, el musulmán Bakir Izetbegovic. Por su parte, Ivo Komsic, quien fue durante la guerra miembro de la Presidencia de Bosnia-Herzegovina, aludió a las fuertes divisiones internas que siguen habiendo en el país, y alertó que la situación política actual se asemeja a la que había a comienzos de la guerra aunque, de momento, nadie recurre a medios militares para resolverlos.