Domingo, 13 de enero de 2013 | Hoy
21:01 › FRANCIA
La manifestación convocada por asociaciones católicas, a la cual se sumaron los partidos políticos conservadores y de extrema derecha, reunió a centenares de miles de personas en el centro de la capital francesa. El gobierno calificó a la movilización como "consistente", pero ratificó que el proyecto será debatido en el Parlamento a fin de mes.
La policía informó que 340.000 personas participaron de la manifestación, mientras que los organizadores estimaron haber convocado a 800.000 personas, según anunciaron en la pantalla gigante colocada a los pies de la torre Eiffel, en el Campo de Marte, lugar donde confluyeron las tres columnas de manifestantes desde diferentes puntos de la capital gala.
La marcha contó con la participación de los conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), encabezados por su contestado Jean-Francois Copé y 150 diputados, y el ultraderechista Frente Nacional (FN).
Un grupo de manifestantes, convocado por la asociación integrista católica de extrema derecha Civitas, desfiló por las calles parisinas pero no se unió al destino final de la manifestación por haber sido declarados personas no gratas por las agresiones a periodistas y fotógrafos que realizaron en la precedente manifestación del 17 de noviembre.
"No hay óvulos en los testículos", "Mamá, papá y lo niños es natural", "Todos nacidos de un hombre y una mujer" o "Queremos sexo, no género", fueron algunas de las consignas que los organizadores repartieron en prolijos carteles a los asistentes, quienes también entonaron mensajes dirigidos al presidente Hollande.
La mayoría de los asistentes llegaron desde distintos puntos de Francia, en transportes provistos por los organizadores. Fueron "entre 900 y 1600 micros" y "siete trenes de alta velocidad", según publicó hoy el diario Libération.
Los organizadores, el colectivo católico "Manifestación para todos", leyeron en el escenario una carta que le será enviada al presidente Francois Hollande y dejaron en claro que esperan poder repetir el éxito de 1984, cuando la Iglesia católica convocó más de un millón de personas para evitar la reforma de las escuelas privadas. La presión de aquella inédita manifestación obligó entonces al presidente socialista Francois Mitterrand a retirar su proyecto.
Sin embargo, Hollande reiteró en numerosas ocasiones que cumplirá su promesa de campaña de permitir a las parejas del mismo sexo casarse, adoptar o poder recurrir a la procreación asistida, aunque este punto será incluido en una ley sobre la familia que el gobierno socialista presentará en marzo.
Entretanto, sobre el final de la tarde el palacio presidencial del Eliseo calificó la manifestación de esta tarde como "consistente", pero remarcó que la misma "no entorpecerá el debate" que tendrá lugar en el Parlamento desde el 29 de enero. "Las manifestación forman parte de la vida social en Francia, cultural incluso en nuestro país. No haremos las leyes dependiendo cuenta gente se manifieste en las calles", aseguró esta semana Hollande buscando despolitizar la movilización.
Se descuenta que el proyecto de ley de casamiento igualitario será aprobado por el Parlamento antes de fines de marzo, dado que el Socialismo posee mayoría absoluta en ambas Cámaras.
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