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En un mensaje escrito ayer "en las montañas de Colombia", el Estado Mayor Central del grupo guerrillero señaló que las informaciones que apuntan a una supuesta crisis en las negociaciones obedecen a una "campaña de la ultraderecha" que "arrecia su intensidad".

"Lo que algunas cadenas radiales y otros medios de comunicación califican como la primera gran crisis de los actuales diálogos entre gobierno y FARC, no pasa de ser otra de esas creaciones virtuales de los medios de comunicación a fin de crear falsedades inexistentes en la realidad", expresaron las FARC. "Las conversaciones en la Mesa prosiguen de modo normal, nadie se ha puesto de pie o amenazado formalmente con retirarse. Por el contrario, las dos partes trabajan en busca de puntos de aproximación sobre el tema agrario, con el afán de producir acuerdos significativos que representen avances ciertos hacia la terminación del conflicto y la paz", agregó el comunicado.

Por su parte, el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", dijo en otro escrito publicado también en Internet que observa "un afán desmedido por posicionar en la mente de los colombianos la idea de la terminación de las conversaciones de paz".

"Los tiempos, procedimientos y contenidos que giran en torno a los diálogos de La Habana, envuelven propósitos demasiado serios como para permitir que se siga tratando este asunto con tan irresponsable ligereza. Creemos que el presidente Santos debe sopesar muy bien los cálculos que está haciendo. Hay todo un pueblo clamando por paz y justicia social tras nosotros", señaló "Timochenko".

Varios analistas han afirmado en los últimos días que las conversaciones pasan por el momento más difícil desde su comienzo a raíz del secuestro de dos policías y un militar por parte de las FARC. La organización guerrillera se atribuyó la retención de los uniformados, en acciones ejecutadas a finales de enero, y dijo estar dispuesta a entregarlos a una misión humanitaria formada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y Colombianos por la Paz, un colectivo que apoya el fin del conflicto mediante el diálogo.

"Los hechos de guerra que sacuden el país y que afectan personas e intereses de las dos partes involucradas en la confrontación, son precisamente eso, los avatares del conflicto que se procura solucionar en la Mesa. Pretender destruir la vía de la paz apelando a ellos es una verdadera locura", expresaron las FARC.

Un cese de fuego fue cumplido por las FARC entre el 20 de noviembre y el 20 de enero. El gobierno se negó a sumarse a la iniciativa con el argumento de que la ofensiva contra la guerrilla se debe mantener y que una tregua bilateral solamente se dará al momento de firmar acuerdos. El grupo armado dijo en un comunicado publicado en Internet la semana pasada que se reserva "el derecho a capturar como prisioneros a los miembros de la fuerza pública que se han rendido en combate", aunque reiteró su promesa de no volver a secuestrar a civiles con fines económicos.