Viernes, 19 de julio de 2013 | Hoy
21:18 › EL AJUSTE PERMANENTE
Después de seis días de conversaciones entre los tres partidos que dominan el Parlamento luso, el líder socialista, Antonio José Seguro, confirmó la falta de acuerdo por la negativa de los conservadores a suavizar los recortes presupuestarios exigidos por la Unión Europea y el FMI.
Seguro afirmó que los conservadores "hicieron inviable" el consenso sobre las medidas de austeridad que exige el rescate financiero de Portugal, obligado a realizar un ajuste de 4700 millones de euros, a la que se opone el Partido Socialista (PS). Aunque el primer ministro, Pedro Passos Coelho, del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) aplazó hasta mañana su versión sobre la interrupción del diálogo, anunció que mantenía la propuesta de remodelación ministerial acordada entre los dos partidos conservadores para mantenerse en el poder.
La alianza entre el PSD y el minoritario Centro Democrótico Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano), que da mayoría absoluta al Ejecutivo, se recompuso días después de la apertura de la crisis, pero Cavaco, sin aceptar los nuevos nombramientos ministeriales, optó por llamar a un pacto con la oposición.
Seguro culpó del fracaso de esas conversaciones a la negativa de los conservadores a aceptar sus propuestas sobre aumento del salario mínimo y las pensiones más bajas, reducción del IVA y la anulación de varias privatizaciones previstas. Socialistas y conservadores tampoco han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre la reforma del Estado, para ahorrar los 4700 millones de euros que exigen los organismos internacionales como parte de los compromisos del rescate de Portugal.
Horas antes de que el secretario general del PS diera por fracasado el diálogo con los partidos del Gobierno, el jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, se había reunido con él, con Passos Coelho y con el líder del CDS-PP, Paulo Portas, cuya dimisión como ministro de Exteriores abrió la crisis. Los tres partidos han celebrado ocho rondas negociadoras desde el pasado domingo en busca de un pacto que dé estabilidad al Gobierno y permita concluir, en junio de 2014, el programa del rescate.
Las conversaciones se desarrollaron bajo presión del jefe de Estado, de las organizaciones patronales, el segundo mayor sindicato del país (UGT, socialista) y de numerosas personalidades, que reclamaron un acuerdo sobre el rumbo económico y político de Portugal. Sin embargo, el propio Cavaco admitió que el pacto podía no concretarse y varios dirigentes socialistas manifestaron públicamente su rechazo a la negociación, como el expresidente Mario Soares, quien alertó del riesgo de "escisión" en el partido en caso de consensuar posturas con los conservadores. A su vez, Passos Coelho criticó la posibilidad de celebrar elecciones anticipadas el año próximo, tras concluir el rescate, como propuso Cavaco, y recordó su renovado acuerdo con el democristiano Portas para concluir la legislatura.
El acuerdo de salvación nacional fue propuesto por Cavaco para evitar el riesgo de un segundo rescate y garantizar el éxito del programa de asistencia firmado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando gobernaban los socialistas, en mayo de 2011. Cavaco apeló también al consenso para reforzar la posición del país ante los organismos internacionales, reacios a suavizar las severas medidas de austeridad exigidas a Portugal pese al tercer año de recesión y el marcado aumento del desempleo que registra el país.
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