La iniciativa, rechazada por organizaciones de hombres y mujeres que ejercen la prostitución, fue aprobada por los partidos de izquierda durante un debate en el que 92 legisladores decidieron ausentarse y 79 se abstuvieron de votar. El texto fue girado al Senado, donde se prevé un debate con menos holgura.

El borrador prevé una multa de 1500 euros para quien pague por sexo o la obligación de asistir a un curso de concienciación sobre la prostitución, o bien las dos cosas. En caso de reincidencia la multa asciende a 3750 euros.

Las prostitutas ya no serán perseguidas por la ley. Recibirán ayuda para dejar esa actividad, encontrar trabajo y casa, y las extranjeras obtendrán un permiso de residencia temporal. La ministra de los Derechos de la Mujer, Najat Vallaud-Belkacem, habló tras la aprobación de la ley de "un largo camino lleno de malicia a cada paso".

Hasta ahora sólo corrían el riesgo de ser castigadas las prostitutas a pesar de que la prostitución en sí no está prohibida. Sin embargo, ofrecer sexo a potenciales clientes podía ser penado hasta ahora con dos meses de prisión o 3750 euros de multa. La idea es abolir esa regulación con la nueva ley.