Lunes, 9 de junio de 2014 | Hoy
19:13 › NEUQUéN
El exgobernador neuquino comenzó a ser juzgado por la agresión a un grupo de docentes en marzo de 2006 en Plaza Huincul, un año antes del asesinato de Carlos Fuentealba, cuando el mandatario habría ordenado a la Policía provincial que no interviniera para permitir que militantes del Movimiento Popular Neuquino golpearan a los maestros en huelga. Sobisch dijo que no dio ninguna orden, sino que se trató de "un discurso político".
El debate oral y público comenzó en los tribunales ubicados en Irigoyen 154 de la ciudad de Neuquén, la audiencia es presidida por el juez Marcelo Muñoz y se extenderá hasta el viernes. En abril pasado, el juez de Garantías Mauricio Zabala dispuso que Sobisch sea sometido a un juicio oral durante una audiencia en la que resolvió además la incorporación de prueba y la citación de 15 testigos para que se presenten a declarar.
El 30 de marzo de 2006, los docentes en huelga por demandas salariales cortaron el acceso de la destilería de YPF, en Plaza Huincul, y fueron agredidos por un grupo de militantes del Movimiento Popular Neuquino, disfrazados de obreros de la construcción con overoles y cascos amarillos. En esas circunstancias, ex jefes policiales que acudieron al lugar para evitar enfrentamientos denunciaron que Sobisch dio la orden de no intervenir.
Sobisch declaró por más de una hora, contestó preguntas y mantuvo intensos contrapuntos con el abogado de la querella Ricardo Mendaña. El ex gobernador, asistido por su defensor Martín Segovia, habló de pie ante el juez Marcelo Muñoz, acompañado en la primera fila de asientos por sus hijos y allegados.
"Quieren convertir un discurso político mío en una orden a la policía, lo que pretenden hacer es patético", dijo al descalificar las acusaciones de la querella. El ex mandatario provincial rechazó "las agresiones de las que ha sido víctima en estos años, las presiones permanentes de sectores sindicales", a los que comparó con los "barras bravas" de clubes de fútbol.
Aseguró estar "muy tranquilo" y negó reiteradamente haber ordenado a la policía que no interviniera por los incidentes que se produjeron frente al acceso central de la destilería de YPF, en Plaza Huincul, durante el conflicto docente en 2006.
El comisario Luis Morales, uno de los querellantes junto al comisario retirado Leonel Seguel, ratificó al declarar esta mañana que "recibió la orden de arriba" de alejarse del lugar y no intervenir durante los incidentes. "La orden vino de arriba", dijo Morales, aunque no pudo precisar de quien, al responder una pregunta del defensor de Sobisch si el ex gobernador era el que le había impartido esa directiva.
Morales fue desplazado de la fuerza a los pocos días de los sucesos y desde hace ocho años se encuentra en disponibilidad. En tanto, el comisario Seguel fue pasado a retiro como también Carlos Zambrano, quien también era querellante, pero falleció sin poder dar testimonio de lo ocurrido.
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