Tras el ataque, el intendente de Gálvez, Pedro González (PJ), admitió que esa ciudad "es invivible" por la violencia y la inseguridad. Según González, "la situación ya se salió de cuajo, es una barbaridad". "Nadie está a salvo en la ciudad. Yo no tengo miedo pero esta es una cosa de locos", añadió, y reclamó que "se refuercen los patrullajes de Gendarmería y de la Policía porque como está la situación hoy, la ciudad es invivible".

Fuentes policiales adelantaron que el ataque se habría producido con una ametralladora, cuando esta mañana dos hombres llegaron a la remisería a bordo de una motocicleta y se dirigieron a la puerta del local donde se encontraba Bassi, agachado y de espaldas mirando el motor de un auto.

Bassi fue trasladado de urgencia al sanatorio Gamen de Villa Gobernador Gálvez y luego derivado al Hospital Provincial de Rosario, donde finalmente falleció mientras se le practicaba una operación para extirparle "uno de los riñones" afectados por los diez impactos de bala que recibió.

Tras el asesinato de Cantero, Leonardo y Maximiliano Bassi fueron ejecutados con el mismo modus operandi con el que hoy fue asesinado su padre. El 13 de febrero pasado fue muerto a tiros Maximiliano, de 34 años, y poco antes, el 31 de diciembre, Leandro, de 36 años, había corrido la misma suerte.