En una declaración aprobada por unanimidad, los parlamentarios manifestaron su preocupación por "el desarrollo de actividades ilegítimas por parte del Reino Unido (...) en la zona en disputa, en la exploración y explotación de hidrocarburos, en la explotación de recursos naturales, así como el refuerzo de la presencia militar". Consideraron que la "cuestión Malvinas" "es una causa regional y global" y declararon así "su más firme respaldo a los legítimos derechos" de Argentina en la disputa.

En una sesión especial dedicada al tema, el canciller argentino Héctor Timerman defendió el reclamo de su país sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, que los británicos ocupan desde 1833. Timerman denunció los motivos que llevaron al Reino Unido a apoderarse de las islas y a mantenerse en el lugar, acusando a los británicos de tener "la más grande base militar", buscar "explotar nuestros hidrocarburos" y depredar "nuestro mar".

"El imperialismo de antaño persiste con un nuevo ropaje pero mantiene su misma esencia", acusó Timerman, que calificó la situación de estas islas como una "anacrónica situación colonial en América del Sur". Reafirmó la "voluntad de negociar" de su país y rechazó la "injustificada y sistemática negativa del Reino Unido" a hacerlo.

"Si mantenemos la unidad política, si mantenemos la integración por encima de cualquier problema coyuntural que podamos tener los países terminaremos con el colonialismo tanto militar, territorial, como con la usura internacional que nos quieren imponer un sistema de vida en el cual nuestros pueblos jamás podrán desarrollarse", concluyó Timerman.

A su turno, el canciller uruguayo Luis Almagro destacó "el apoyo de Uruguay al reclamo argentino" y aseguró que "la cuestión de las islas Malvinas está íntimamente relacionada con la integridad territorial de un Estado". "Para nuestro país la cuestión de Malvinas es un caso de descolonización", aseveró el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay y destacó: "No entendemos aplicable el principio de autodeterminación de los pueblos y por eso hemos rechazado la validez del plebiscito realizado en 2013".

"La manera de poner fin a la cuestión colonial es la solución pacífica y negociada a la controversia entre las partes", pidió Almagro, y demandó "la reanudación de la negociación a fin de encontrar a la brevedad posible una solución pacífica de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas", al tiempo que recordó que "Uruguay ha acompañado activamente los comunicados de los foros internacionales, como OEA, Unasur, Aladi y Celac.