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El predio está situado sobre la avenida Avellaneda, justo detrás de la cancha de Ferrocarril Oeste, donde se encuentra también una playa de maniobras ferroviarias. El debate por el shopping, un proyecto que el macrismo intentó aprobar en la Legislatura sin éxito durante varios años, generó fuertes controversias con los vecinos y ONGs que aseguran que la instalación de una obra de esa magnitud significará un deterioro en la calidad de vida del barrio, en donde existen pocos espacios verdes.

Tras la aprobación en primera lectura el dictamen del Poder Ejecutivo, ahora deberá realizarse una audiencia pública. Posteriormente volverá a comisión para que se emita un nuevo despacho, que luego deberá ser debatido en el recinto. Según el texto aprobado en el plenario por el PRO, con la nueva zonificación, la empresa IRSA podrá levantar en esos terrenos, que son de su propiedad desde hace 14 años, un centro comercial de más de 10 pisos, 40 locales como mínimo, cines y un estacionamiento de 50.000 metros cuadrados.

Los legisladores del PRO pidieron además archivar otros dos proyectos alternativos, uno que establecía la expropiación del predio de dominio privado de la empresa IRSA, que es donde se quiere construir el shopping, y otro que propone construir un parque. El Frente para la Victoria y Unen, no acompañaron ninguno de los tres proyectos.

El bloque kirchnerista que encabeza la diputada Gabriela Alegre presentó un dictamen de minoría que propone el archivo del proyecto del shopping. “Nos preocupa el impacto urbanístico que puede generar sobre el barrio de Caballito la instalación de un centro comercial de las dimensiones y características que se proponen llevar adelante", manifestó Alegre.

La legisladora añadió que el expediente presentado por el Ejecutivo porteño no presenta los estudios urbanísticos, ni ambientales, ni de tránsito. "Tampoco define las contraprestaciones por parte de la empresa IRSA" afirmó y remarcó que "el dictamen que firmó el PRO autorizaría a IRSA a construir el shopping dejando dos manzanas y media sin superficies absorbentes ni terreno natural en el cual emplazar especies arbóreas y mucho menos se prevé espacio público alguno".

Por su parte, la presidenta del bloque de la CC-ARI, Paula Oliveto Lago, explicó su rechazo al señalar que “hay que entender que los vecinos de Caballito se verían seriamente perjudicados con este emprendimiento ya que su instalación comprometería severamente la provisión de los servicios públicos y colapsaría el tránsito de toda la zona aledaña". "Es una vergüenza que prime el interés de IRSA sobre el de la mayoría de los ciudadanos porteños", advirtió.

En tanto, el diputado Alejandro Bodart, MST-Nueva Izquierda, afirmó que “al PRO le interesa más defender el negocio de una corporación inmobiliaria que la calidad de vida de los porteños. Como el PRO necesita 31 votos y sólo tiene 28; espero que ningún bloque de la oposición dé su apoyo a esta barbaridad a la medida de IRSA".

La reunión se extendió por casi cuatro horas debido a que unas 30 personas, entre asociaciones vecinales y representantes de la comuna seis pidieron la palabra. Algunas exposiciones fueron subidas de tono y se registraron algunos insultos y empujones.