Michael Phelps, de 29 años y 18 medallas de oro olímpico en su haber, fue detenido el 30 de septiembre en Baltimore, su localidad natal, cuando conducía con una tasa de alcohol en sangre mucho más alta de la permitida. El 6 de octubre pasado, tras ese incidente, Phelps fue suspendido seis meses por la Federación de Natación de Estados Unidos y no podrá participar en los Mundiales de Kazán (Rusia) de agosto de 2015.

"Estoy descubriendo mucho sobre mí mismo y estoy feliz de seguir adelante a partir de hoy. Continuaré creciendo a partir de esto y seguiré el camino para mi recuperación", dijo el viernes a la salida del juzgado de su Baltimore natal, donde el nadador estadounidense de 29 años se declaró culpable de conducir ebrio por segunda vez en diez años.

Sus abogados argumentaron que está arrepentido, que sigue en terapia y que participa en reuniones de Alcohólicos Anónimos. El juez le impuso 18 meses de libertad condicional. Phelps evitó ir a prisión, pero ya no podrá cometer más errores.

El deportista estadounidense ya había sido detenido hace una década, cuando tenía 19 años, por conducir ebrio. Entonces, como ahora, fue condenado a 18 meses de libertad condicional. En 2009 fue sancionado tres meses por la Federación Estadounidense por unas fotos en las que se le veía fumar de una pipa de marihuana.