Los hermanos Kouachi, quienes habían prometido "morir como mártires", mantenían como rehén a un empleado de la planta de la fábrica de Dammartin-en-Goële, ubicada a 40 kilómetros al noreste de París. Durante el asalto de las fuerzas de seguridad, el rehén fue liberado ileso, según se informó. Luego comenzó el fuego cruzado entre los presuntos terroristas y la policía, que rodeó el lugar con helicópteros y los negociadores que, en un principio, priorizaron el diálogo por pedido del gobierno francés.

En tanto, en las afueras de la capital francesa también fue abatido el hombre que mantuvo una toma de rehenes en un supermercado kosher -donde cuatro personas murieron- y las autoridades sospechan que se trataría del autor del asesinato de una mujer policía, ocurrido ayer en la capital francesa.

Los rumores indican que el hombre, Amedy Coulibaly, de 32 años, estaba junto con Hayat Boumeddiene, de 26, la mujer sobre la que también pesaba una orden de captura por su aparente vínculo con la masacre en la redacción del semanario satírico, ocurrida el miércoles. La policía difundió las fotos de ambos y aún buscan a la mujer, quien estaría armada y vinculada con los hermanos Kouachi.

Durante las horas que duró la toma del lugar, el barrio fue totalmente bloqueado por la policía y pidió a los residentes en edificios vecinos que permanecieran encerrados en sus casas. Los alumnos de colegios de la zona fueron confinados en sus establecimientos, y la cercana autovía de circunvalación de París fue cerrada, así como también una línea de tranvía.

Una vez terminado los dos operativos y conocidos sus resultados - tres atacantes y cuatro rehenes muertos-, el ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve, llamó a la población a permanecer vigilantes y unidos, tras el fin de las dos tomas de rehenes que mantuvieron en vilo a todo el país. "Tenemos que mantenernos extraordinariamente vigilantes, unidos, atentos, y yo sigo concentrado en mi principal tarea, que es la seguridad de Francia", dijo el ministro en declaraciones retransmitidas por televisión.

Cazeneuve mostró además su agradecimiento "desde lo más profundo" de su corazón a las fuerzas de seguridad franceas, asegurando que intervinieron con "autocontrol, profesionalidad y sangre fría".