Durante el allanamiento, los investigadores se incautaron de "documentos médicos" que reflejan "una enfermedad y su correspondiente tratamiento" al registrar el jueves las casas del copiloto en Düsseldorf y Montabaur, en el oeste de Alemania. Las órdenes de baja médica eran actuales y abarcaban el día del accidente, algunas aparecieron rotas, lo que "apoya la suposición preliminar de que el fallecido ocultó su enfermedad a la empesa y a su entorno laboral".

La fiscalía de Düsseldorf no aclaró, sin embargo, qué enfermedad padecía Lubitz, pero los agentes que realizaron los registros buscaban pruebas de posibles problemas psíquicos. Al mismo tiempo, aseguraron que en las viviendas no apareció ninguna carta de despedida ni escrito vinculado al accidente, como tampoco "indicios de un trasfondo político o religioso para lo ocurrido".

El copiloto de 27 años quedó en el centro de la investigación después de que la fiscalía francesa revelara el jueves que al parecer estrelló a propósito el avión contra los Alpes franceses tras encerrarse en la cabina y dejar fuera al piloto. Tras el dramático giro en la investigación del accidente, Lufthansa reveló el jueves que el copiloto había hecho una pausa de varios meses durante su formación, pero no dijo la causa.

Los fiscales alemanes aseguraron que se mantienen en contacto permanente con la fiscalía francesa que investiga el accidente y prometieron "seguir informando a los familiares de las víctimas y a la opinión pública" en cuanto haya nuevas conclusiones.