Viernes, 24 de julio de 2015 | Hoy
22:01 › UNA GUERRA SIN FIN
Con el primer ataque de la jornada contra los objetivos del grupo yihadista en territorio sirio, seguido del ataque a varios campos rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al norte de Turquía, Ankara entró de lleno en la lucha contra el EI, mientras la policía desplegó un vasto operativo antiterrorista en todo el país.
Cuatro días después de un atentado suicida atribuido al EI, que dejó 32 muertos y un centenar de heridos entre jóvenes activistas de izquierda prokurdos que iban a participar en la reconstrucción de la ciudad siria de Kobane, tres cazas F16 de la Fuerza Aérea turca bombardearon posiciones yihadistas en territorio sirio, en la zona fronteriza situada frente a la ciudad turca de Kilis (sur).
"La operación contra el EI ha cumplido su objetivo y no se detendrá", advirtió el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. "El menor movimiento que amenace a Turquía conllevará la reacción más severa", insistió el jefe del gobierno islamoconservador. "Tomaremos todas las medidas necesarias para proteger nuestras fronteras". Davutoglu subrayó que el bombardeo se produjo en represalia por el ataque de la víspera de combatientes extremistas contra un puesto del ejército turco en la región de Kilis, en el que murió un suboficial y dos soldados resultaron heridos.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), nueve combatientes del EI murieron durante los ataques turcos. "Hacía dos días que esperábamos que ocurriera algo. Había mucha tensión", declaró un dirigente del pequeño pueblo de Beylerbeyi, Ahmet Solak. "He oído aviones esta noche, pero no me planteo huir por los combates. Apoyo al ejército turco, así que me quedo", añadió.
Acusado de complacencia con el EI, desde el atentado de Suruc, el gobierno de Ankara ha reforzado su combate contra los yihadistas. El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, por su parte, confirmó que Turquía había autorizado a Estados Unidos a llevar a cabo ataques aéreos contra objetivos yihadistas en Siria o Irak desde varias de sus bases, entre ellas la de Incirlik (sur).
La operación de la jornada también estaba dirigida contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que el miércoles reivindicó la ejecución de dos policías en Ceylanpinar (sur), a quienes acusaban de connivencia con los yihadistas. Según Davutoglu, hubo 297 sospechosos detenidos en 16 provincias, entre ellos, 37 extranjeros. En la misma operación murió una militante de extrema izquierda.
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