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En la principal estación de la capital de Hungría, varias formaciones partieron con cientos de solicitantes de asilo, mientras que las autoridades austriacas reanudaron los controles en los trenes procedentes de Budapest, según lo dio a conocer el Ministerio del Interior.

Los controles dependen de todas maneras de las capacidades de personal y se dirigen sobre todo contra traficantes, según se indicó. Previamente las autoridades austriacas anunciaron que de momento no efectuarían controles en los trenes procedentes de Hungría.

Varios miles de refugiados pasaron por Viena para dirigirse a Alemania, dijo un portavoz de la policía austriaca. "Todo el tiempo llegan trenes con más refugiados y todo el tiempo hay trenes saliendo". Desde el pasado fin de semana, los trenes húngaros viajan otra vez directamente al exterior, después de que durante varios días tuvieran que detenerse en las fronteras.

Por su parte, la vocera de Acnur, Melissa Fleming, dijo que "muchos refugiados han decidido dejar atrás unas condiciones de miseria y de falta de perspectiva y arriesgar la vida de sus familias en busca de una posibilidad de supervivencia en Europa", dijo Melissa Fleming, portavoz del ACNUR.

El programa de asistencia a los refugiados en los países limítrofes, que llega a 4 millones de personas, sólo cuenta con un 37 por ciento de los 4500 millones de dólares solicitados, y sólo este mes el Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha cortado su asistencia alimenticia a 229.000 refugiados sirios en Jordania.